En la impunidad, el ‘after’ más grande de Mérida y sus ‘socios’ policías

A varios días de que se hizo público la existencia de un ‘after’ que opera con la complicidad de la Policía Municipal, el Ayuntamiento de Mérida ha guardado silencio sobre el evidente caso de corrupción de esa corporación policíaca.
Aún cuando el propio alcalde Mauricio Vila fue notificado del caso, no hubo pronunciamiento alguno, por lo que se desconoce si se inició alguna investigación interna.
Por el momento, el ‘after’, ubicado en una casona de la calle 60 entre 57 y 49, esta en ‘stand by’ y entre sus trasnochados clientes hay ciertas dudas sobre si operará este fin de semana.
Hasta donde se sabe, no se ha sancionado a ningún policía, ni a los operadores de la central de monitoreo de las videocámaras, pese a que hay evidencias que estaban enterados del funcionamiento del bar clandestino.
El sitio, desde que este portal hizo público su funcionamiento, permanece con las puertas cerradas con candados y entre sus clientes corre el rumor de que no abrirá este fin de semana por temor a que intervenga la Policía, en este caso la SSP, pues la Policía de Mérida está coludida con los organizadores.
Por lo menos en una ocasión anterior, el alcalde Maurivio Vila respondió a la queja que meridanos hicieron por un mal servicio regulado por el Ayuntamiento de Mérida, específicamente, por la falta de recolección de basura en Pedregales de Tanlum, pero ahora ha guardado silencio, aún cuando se le hizo notar la la evidente corrupción de la Policía Municipal en el caso de este after.
Como informamos, la mega-cantina clandestina funciona hasta altas horas de la noche en plena zona turística de la ciudad.
El lugar se ha convertido en el ‘after’ más grande de Mérida, con asistencias de entre 300 y 500 personas cada noche.
El sitio es conocido entre meseros, bailarinas y meridanos trasnochados como ‘El After del Nohoch’, porque funciona cerca de un hotel-restaurante con este nombre.
Para el funcionamiento del negocio, los administradores del lugar han tomado precauciones para ‘no llamar tanto la atención’, aunque es evidente el movimiento a las puertas del local, y es un hecho que la Policía de Mérida conocía de su existencia y funcionamiento, ya que a unos metros del lugar se ubica una de las cámaras de videovigilancia de esa corporación policíaca y desde ese sistema es factible ver a los trasnochados que hacen cola para ingresar al ‘after’.
El after, éste funciona por las noches, teniendo su máxima afluencia entre las 2 y las 4 de la madrugada, aunque deja de laborar a las 6:30 a.m.
Para ingresar, cada asistente paga $50 en la ‘recepción’, misma que está prácticamente a oscuras.
En el área de concentración, en el centro de la casona, hay música y cervezas a 30 pesos, además de ‘columpios’ para sentarse en grupos de tres o cuatro personas, barras de bebidas y sanitarios.