Los animales, los ángeles de la guarda para los mayas

Para los mayas, los animales eran mensajeros de los dioses y protectores de los niños al nacer, por ello su cuidado era una práctica cotidiana, incluso la caza de ellos sólo podría realizarse con fines de alimentación.

Bajo esta visión, inició el taller “Vuela, corre, nada, croa. Los animales entre los mayas”, con el que se busca enseñar a niños de 8 a 15 años, la importancia que tuvieron estos seres vivos en diferentes aspectos de la vida de los mayas antiguos.

La coordinadora del encuentro, Pilar Canto Méndez, explicó que este taller sabatino, auspiciado por el Museo Regional de Antropología «Palacio Cantón» del INAH, tendrá cuatro módulos sabatinos, en los que se hablará de los animales mamíferos, aves, reptiles y batracios, así como animales del agua, según la cosmovisión maya.

En el imaginario maya, expuso, los animales estaban presentes tenían vida propia, eran parte integral de ellos mismos y están muy presente en los llamados huayes, por ejemplo, cuando nacía un niño le asignaban un animal protector.

Este animal, era como el complemento, el alter ego del niño, por ello, la asignación de un animal protector era secreto, sólo la madre y el sacerdote -quien daba el huay- lo sabían, hasta el momento en el que el pequeño tenía uso de razón y ya podía conocer quién era su animal protector y eso lo tenían en secreto.

Canto Méndez señaló que los mayas también les designaban una categoría específica a los animales, pues eran considerados mensajeros de los dioses, representantes de ellos en La Tierra, incluso a veces asumían la personalidad de las deidades.

Respecto a la asociación de los animales a dioses destacan el mono y su relación con Ceh, que es una de las divinidades mas importantes; la guacamaya con el sol y el jaguar es como el rey de las divinidades.

Al respecto, afirmó que el jaguar era un animal “muy admirado por los mayas por su ferocidad, por la belleza de su piel, por esa razón sólo reyes y guerreros muy conocido podrían portar la piel, además lo vemos con los tronos esculpidos en forma de jaguar que están vinculados con la realeza”.

“También se encuentran pequeños mamíferos como el coatí, la zarigüeya -protagonista de una leyenda maya, pero ahora perseguida y matada sin razón alguna- y el armadillo, animales que forman parte de un ciclo natural para distribuir plantas y semillas que dan vida al medio ambiente local”.

Entre las aves, añadió, están el búho y el pavo, que no se cazan únicamente como alimento, sino que los mayas le daban un aprovechamiento integral, al igual que en el resto de los animales: se obtenían pieles, huesos, plumas y desde luego, la carne como alimento.

Es por esta razón, continuó, que los mayas no cazaban de más como ahora, si por ejemplo, entra un animal a tu traspatio a comerse tus sembradíos, en lugar de alejarlos por medios distintos, lo más fácil es matarlos. No hay esa cultura de protección a las especies animales como tenían los mayas antiguos.

“La idea del taller, es que los niños comprendan que los animales formaron y siguen formando parte del patrimonio natural de Yucatán, los cuales vemos representados en nuestro patrimonio cultural en forma de estatuas, vasijas y efigies, por ello, es importante que los conozcan para poder cuidar este legado que tenemos”, subrayó.