Como si se tratara de una maldición, en cada caminata proselitista que realiza el candidato del PRI-PVEM a diputado por el IV Distrito, Francisco Torres Rivas, se topa con comida, una de sus principales debilidades.
Ya sea cocida o cruda, al ex secretario de Obras Públicas siempre se le ve rodeado de comida.

Aunque le han recomendado que se cuide, por eso de la figura y la buena imagen, para «Panchito, como lo venden su publirrelacionistas, la carne es débil y no duda en meterle duro a cuanto platillo le ofrecen.

Es tal su entusiasmo por la comida, que incluso es capaz de suspender momentáneamente su actividades proselitistas para preparar chicharra, y como buen glotón, saber mover la manteca en los grandes peroles.
«Panchito» no duda en abrazar la comida… y también a quienes la venden. Por eso ahora por lo bajo le llaman «Pancho Chicharras».

El castacán es de sus partes favoritas, pero también le mete al puyul, a la morcilla y toda cuanta fritanga se le ponga a la vista, como si fuera una maldición para sus operadores de campaña, y por supuesto una bendición para Francisco Torres.

En fin, podemos decir que para el candidato del PRI-PVEM la campaña se está yendo en un abrir y cerrar de boca. Y si la boca es llena, mucho mejor. (Continuará)