Detenido veterano cazador de ratas del mercado Lucas de Gálvez
La detención de un “milusos” del mercado Lucas de Gálvez ha dejado muchas dudas en círculos policiacos, toda vez que el sujeto asegura que se dedica a “cazar ratas” en ese centro de abastos, actividad por la que recibe dinero de algunos locatarios, aunque se desconoce el destino final de los roedores muertos.
Aunque no fue detenido pro cazar a los roedores, se le decomisó una lanza, hecha con la base de una sombrilla, que utiliza para cazar a las ratas, que en ese mercado hay muchas, en sus dos versiones.
El «matarratas» dijo llamarse Miguel Jesús Basto Medina, de 72 años de edad, y fue capturado pro agredir a un locatario de ese mercado.
Ahora, el detenido, quien dijo que también es vendedor de cocoyoles y dulces de calabaza en el Lucas de Gálvez, es procesado en el Juzgado Quinto Penal, acusado de portación de armas e instrumentos prohibidos y ataques peligrosos, denunciado por María Margarita Cámara Acuña, coordinadora del Jurídico de la Policía Municipal de Mérida y Oscar Asunción Moo Oxté, al que el sujeto agredió.
Según las constancias del expediente, el domingo pasado a las 14:30 horas, Miguel Jesús se encontraba en el Lucas de Gálvez y recordó que hace unos días tuvo una discusión con el vendedor de jugos Oscar Asunción, por lo que fue a encararlo.
Iba armado con un cuchillo, con el que le lanzó unos tajos, aunque no lo hirió, por lo que fue en busca de la lanza que tenía oculta dentro de un tubo.
Nuevamente intentó agredir a su rival, pero no lo logró, por lo que otros locatarios llamaron a la Policía Municipal y el agresor fue detenido.
En su declaración preparatoria, el acusado negó los hechos y dijo que ese día fue con una cubeta pequeña a buscar agua al puesto de jugos del denunciante, pues iba a lavar sus trastes y para una niña que tenía sed.
Cuando llego, el vendedor de jugos le negó el agua y lo insultó, por lo que se hicieron de palabras y su contraparte le tiró agua.
Dio que se retiró insultándolo, pero nunca lo agredió y que fue detenido cuando iba a buscar agua en “La Pepita”.
Reconoció que el cuchillo era suyo, pero, pero dijo que pretendía venderlo.
Sobre la lanza, reiteró que le sirve para matar a las ratas que en el mercado abundan.
Cuando le preguntaron a quién vendía las ratas muertas, primero sonrió y luego dijo que unos locatarios le pagan por acabar con los roedores.
En ese mercado, asemás de ratas, hay varios puestos de comida de todo tipo, pero muy poco exóticas.
estoy seguro que el matarratas agredio a ese locatario hijo de la chingada que me queria vender una guanabana chica en 30 pesos
si fue asi… el hombre estaba haciendo su trabajo!