¿Te imaginas tener 17 años y tener el cuerpo de una bebé? Parece imposible e ilógico pero esto lo vive Pei Shan Teo, una joven de Singapur, cuya enfermedad todavía no ha podido ser diagnosticada por los médicos.

Cuando Pei Shan Teo nació, los galenos se percataron que su articulaciones eran mucho más cortas que de cualquier otro bebé y aunque no hay un diagnóstico contundente sobre su enfermedad, su ficha médica indica Mucopolisacaridosis tipo III.

La Mucopolisacaridosis tipo III es un desorden cognitivo que afecta a los huevos, a los órganos y al sistema nervioso central. Lo triste de esta historia es que su mente no es como la de un bebé sino que esta encadenada a un cuerpo pequeño.

Según se sabe, Pei Shan Teo dejó de creer a los tres meses e inició un calvario para ella porque empezó a sufrir problemas de sufrir. Además, todavía tiene grasa de bebé en el rostro y continúa usando pañales como es de esperar.

Además, como su capacidad pulmonar es limitada, tiene que llevar siempre puesta una máscara de oxígeno. “A veces me pregunto, ¿por qué nosotros? ¿Qué hice en mi vida anterior por lo que ahora tengo que pagar esta deuda? Al principio, nos centramos en intentar superar esta situación; no había tiempo para pensar en nada más”, contó su padre.

Incluso debido a la condición especial de Pei Shan Teo, su madre renunció a su trabajo como cajera en un banco para dedicarse completamente al cuidado de su hija.

Pese a todas las dificutades, esta joven de 17 años sigue luchando y dedica parte de tiempo a dibujar y a tocar piano. El año pasado, ella logró hacer un sueño realidad: tocar el piano en un concierto solidario.

Fuente: Locomundo