Este lunes comenzó el juicio oral contra el vigilante Felipe de Jesús Sánchez García, a quien se acusa del feminicidio de la joven Martha Eugenía Martínez Ávila ocurrido a mediados de diciembre del año pasado.

En la audiencia inicial, celebrada en el Centro de Justicia Oral de Mérida (CJOM), los tres integrantes del Tribunal 1º de Juicio Oral escucharon los alegatos de apertura de los representante de la Fiscalía, el asesor jurídico de la víctima y el abogado defensor del acusado, así como también de los primeros dos testigos.

De acuerdo con lo expuesto por las fiscales, la joven Martínez Ávila, mejor conocida como Martha Ávila, fue privada de la vida, por asfixia manual, entre las últimas horas del 15 de diciembre y las primeras horas del 16 de diciembre de 2015, en el local de una clínica oftálmica, ubicada en una colonia residencial al oriente de esta ciudad, pero su cuerpo fue encontrado el 17 de diciembre en una brecha de la carretera Mérida-Chicxulub Puerto.

En su alegato de apertura, la fiscal señaló que el acusado, como autor material singular y directo, mató a la joven mujer por razones de género y aprovechó su ventaja física para asfixiarla con las manos y arrojar posteriormente el cadáver en la brecha de la carretera donde fue encontrado.

Ante los jueces de Tribunal 1º de juicio oral Fabiola Rodríguez Zurita, quien se desempeña como presidenta, Nidia Celis Fuentes y Niger Desderio Pool Cab, la fiscal expresó que, conforme a las pruebas y testimonios que desahogarán en la audiencia, comprobarán que el acusado, quien trabajaba en la clínica,  realizó el homicidio y perpetró violencia sexual contra la víctima, antes de matarla.

También señalaron que el acusado ha mostrado desprecio por las mujeres, a través de las redes sociales.

Indicaron que los peritajes encontraron que en las uñas de la extinta había rastros de muestras genéticas del acusado, ya que ésta trató de defenderse al momento del ataque.

El asesor jurídico de la víctima indirecta, la madre de la joven, también se dirigió a los integrantes del Tribunal 1º pidiendo que el acusado sea declarado culpable y solicitó la reparación del daño a favor de la mamá de Martha.

Por su parte, la defensa expuso que su defendido es un «chivo expiatorio» y que no hay pruebas que puedan sustentar la acusación, así como tampoco de que trasladó el cadáver al lugar donde fue encontrado posteriormente.

«¿Qué pasó después? No lo sabemos»

El abogado en uso de la palabra se dirigió a los integrantes del Tribunal para señalar que su cliente se encontró con la joven mujer alrededor de las 11 de la noche del 15 de diciembre de 2015 y tuvo relaciones sexuales con ella, por mutuo consentimiento.

Posteriormente, la llevó al fraccionamiento Gran San Pedro Cholul, donde la dejó sana y salva. «¿Qué paso después? No lo sabemos», señaló.

Mi propio cliente, continuó el defensor, ha sido víctima porque el 3 de enero de 2016 fue retenido y torturado por agentes de la policía y terminó por confesar algo que no hizo. Pero no es un monstruo, es una persona trabajadora, no tiene antecedentes criminales ni vicios, es una víctima del sistema, apuntó.

Al término de estos alegatos, la presidenta del Tribunal, jueza Rodríguez Zurita, preguntó al acusado si era su deseo declarar, pero el vigilante dijo que no deseaba hacerlo en esta audiencia.

En la jornada de hoy fueron llamados a declarar dos testigos de la Fiscalía, la mamá de Martha y el que fuera su novio, quienes hablaron de los últimos momentos en los que vieron con vida a la joven de 18 años, así como de los días posteriores, en los que denunciaron su desaparición y finalmente el reconocimiento de sus restos.

La audiencia de este juicio oral continuará desde hoy y hasta el 28 de octubre. Acorde con el auto de apertura la Fiscalía Estatal ofreció 27 pruebas, mientras que la defensa tres.

El feminicidio se castiga con pena mínima de 30 años y máxima de 50 años y se está tipificando porque el sujeto, al parecer, conocía a la víctima y entre ambos existía cierta relación, además que el cuerpo de la joven fue arrojado desnudo en una pose grotesca.