Calla ante el juez empleado del Ayuntamiento que violaba a sus hijas
Al comparecer ante el juez, el empleado del Ayuntamiento de Mérida Jorge Alberto Cen Castelán, acusado de violar a sus hijas adolescentes, guardó silencio.
Durante su declaración preparatoria, el sujeto dijo que no diría nada sobre los hechos y se reservó el derecho a declarar en torno a las imputaciones que le hacen sus propias hijas, a las que violaba y corrompía desde que eran unas niñas.
El juez Primero Penal, Jorge Andrés Vázque Juan, dictó auto de formal prisión contra el sujeto, quien durante casi dos años estuvo prófugo de la justicia hasta que fue detenido por una falta administrativa, y se detectó que tenía una orden de aprehensión pendiente.
El sujeto enfrenta cargos por violación equiparada, abuso sexual, violación y corrupción de menores,
El depravado obligaba a sus hijas a ver películas pornográficas, incluso llevaba registro de sus ciclos menstruales para evitar embarazarlas.
Se le detuvo en cumplimiento de una orden de aprehensión y fue presentado en las rejillas de prácticas del Juzgado Primero Penal, por la denuncia que interpuso en su contra su ex concubina S.A.C., en agravio de sus hijas de 13 y 15 años de edad.
Los abusos se descubrieron en abril de 2014, cuando la mayor de las hijas ingirió 18 pastillas para quitarse la vida. Luego, a principios de mayo, la menor no pudo más y le contó todo a una maestra de la escuela secundaria donde estudiaba. La profesora llamó a la mamá de las menores y fue enterada de los hechos.
La adolescente dijo que su papá les pegaba mucho y que como siempre estaba borracho, aprovechaba para mandarlas a alguna tienda lejana y a base de golpes y empujones, subía a un cuarto a la mayor, a la que obligaba a ver películas pornográficas y después la violaba.
Lo mismo hizo con la otra de sus hijas, pero cuando se bañaba, y la mantenía amenazada con matar a su madre.
El sujeto estaba al pendiente del ciclo menstrual de la mayor y en abril de ese año, enterado que no le había bajado la regla, le hizo una prueba de embarazo. Lo anterior desencadenó problemas más fuertes en las menores y la mayor intentó suicidarse.
En las pruebas psicológicas, las jovencitas presentaron fuertes sentimientos de odio, rencor, rechazo y miedo contra su padre.
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