Martina Noemí Puc Och ya había encontrado la fórmula para hacerse de dinero fácil, mediante el robo de objetos de valor a personas de la tercera edad.

Sin embargo, no contó con que una de las abuelitas que se habían convertido en sus víctimas tuviera la suficiente lucidez y habilidad para salir a pedir ayuda apenas se percató del robo.

La «roba-viejitas» tenía su centro de operación en Valladolid, donde ya había dado varios golpes, pues al momento de su detención se le hallaron, además de un bolso con dinero que le robó a su última víctima, un celular marca Samsung, una tablet con funda y teclado aparte, así como de 300 pesos en efectivo.

Martina Noemí buscaba a mujeres de la tercera edad, de preferencia que vivieran solas, a las que se acercaba con el pretexto de pedir informes por un supuesto terreno en venta.

Les decía que ya había caminado bastante sin encontrar el predio, y ya en confianza, pedía un vaso con agua.

Cuando sus víctimas la dejaban sola, aprovechaba para robar lo que estuviera a la vista, y enseguida se retiraba.

Sin embargo, una de las ancianitas se percató pronto de la desaparición de su bolso, donde había una cartera con 770 pesos. Inmediantamente salió a la calle para pedir ayuda y fue detenida Martina Noemí.

Al ser llevada a la base de Seguridad Pública Municipal, se le encontró el dinero, pero la afectada lo único que pidió fue recuperar su dinero y no presentó denuncia.

Cuando se le hizo una revisión más rigurosa a la ratera, entre sus pertenencias también se le encontraron otros artículos que había robado.