Los asesinos de Emma Gabriela solo recibieron ‘anticipo’ de $5,000

Los tabasqueños Oscar Miguel López Tovilla y Jonathan Mézquita Avalos, detenidos como autores materiales del asesinato de la señora Emma Gabriela Molina Canto, fueron contratados por $30,000 cada uno.
Sin embargo, solo recibieron $5,000, pues el resto lo tendrían al terminal el ‘trabajo’ y como los detuvieron inmediatamente después del crimen, ya no cobraron lo acordado.
Lo anterior se dio a conocer ayer durante la audiencia de vinculación a proceso, en la que, como informamos, se les reclasificó el delito de feminicidio por el de homicidio calificado con premeditación y alevosía.
Mézquita Avalos, en un acta de entrevista, relató que el 25 de marzo en Villahermosa, su amigo López Tovilla le propuso “ganarse un dinero” en Mérida, pues un conocido suyo (El Cachorro, integrante de Los Zetas) le había encomendado darle un “susto” a una mujer, pero sin hacerle daño a sus hijos.
Por ese trabajo recibiría cada uno 30 mil pesos, de los que recibieron el anticipo en esa misma ciudad.
Se vieron en la terminal de camiones de Villahermosa con el contacto y éste les dio instrucciones y los boletos de autobús.
El domingo 26 de marzo, a las 9 de la mañana, llegaron a Mérida y se hospedaron en el “Dolores Alba”.
A la una de la tarde, un amigo yucateco de Oscar, se contactó con él por Whatsapp y les indicó que bajaran para tomar un taxi y los llevó en ese vehículo al lugar donde iban a hacer ‘el trabajo’.
En la tienda “La Guadalupana” tomaron unos refrescos, al tiempo que el ‘contacto yucateco’ les mostraba la casa de la víctima.
Hicieron lo mismo a la mañana siguiente, cuando Oscar recibió otro mensaje de celular, en el que les indicaban que bajaran y abordaran un vehículo rojo de modelo reciente.
El contacto local se sentó en el asiento del copiloto y ellos en la parte de atrás, y el yucateco les dijo que no vieran fijamente al conductor.
Más tarde, vieron a Emma Gabriela, siendo ésta señalada por el yucateco como la persona que iba a recibir el “susto”.
Volvieron al hotel, tomaron unas cervezas, transmitieron ‘en vivo’ en Facebook y partieron de nuevo a casa de Emma para matarla.