Editorial: La historia oculta de la Ley de Aviación

Por Marco V. Herrera

Hace unos meses, fui unos días de vacaciones a Cancún, mi regreso estaba programado en un vuelo a las 4 de la tarde, para no hacer el cuento largo, el vuelo partió a las 8.30 de la noche. Durante cuatro horas nadie de la aerolínea dio razón de qué pasaba; hubo, en un momento, hasta un intento de motín por el enojo de los pasajeros, y el personal de la aerolínea, sin capacidad para el manejo de la situación, llamó a la policía de apoyo. Los pasajeros, hartos y cansados con niños somnolientos o llorosos, lo único que queríamos era salir de regreso a nuestra ciudad de destino. Pensar que la aerolínea reembolsará algo a los pasajeros por el retraso, verdaderamente era un sueño guajiro.

La semana pasada, se aprobó en la Cámara de Diputados los cambios en la Ley de Aviación Civil, los cuales regulan las actividades comerciales de venta y operación de las aerolíneas mexicanas. Si hay retraso te compensan; si no usas tu boleto, no lo pierdes; ya no más venta de servicios engañosos en donde te cobran por lo que es obligado y hasta te quieren hacer sentir bien por pagar extra.

Me tomó por sorpresa esta iniciativa, no había escuchado ni siquiera que estuviera en discusión. Después de escuchar las entrevistas tanto de los diputados del PAN que crearon la iniciativa, así como de los directivos de la Cámara Nacional de Aerotransporte, escuché a todos con mucha armonía en las declaraciones; revisé el documento de la exposición de motivos y cuando se presentó la iniciativa y me llevé la sorpresa de que la iniciativa tiene fecha del 17 de enero de 2017. Esta ley tiene muchas complicaciones ya que intervienen muchas leyes y reglamentos de varias dependencias como son: Comunicaciones y Transportes y Economía; toca a la ley de Inversión Extranjera, ya que se amplió el monto de inversión en líneas nacionales; y finalmente, por supuesto, a la Procuraduría Federal del Consumidor; y le pega a grandes empresarios y grupos económicos, lo curioso, la ley se gestionó y autorizó en la Cámara de Diputados en cuatro meses.

En esta ocasión, esta ley salió bastante rápido y sin tantos gritos ni sombrerazos, como a veces acostumbran nuestros legisladores, me intrigó la razón y tuve la oportunidad de platicar con Jorge Carlos Marín, diputado y Vicecoordinador de la bancada del PRI, para preguntarle sobre este proceso. Lo que me explicó suena a las dinámicas que debería de empezar a tener el Congreso más seguido.

“Detectamos que la iniciativa estaba siendo discutida en varias mesas de trabajo en dónde sólo se analizaban sus propios temas respecto a la ley, por un lado, lo técnico, por otro, lo de las inversiones, y por otro todo lo de los servicios, por lo que la primer solución fue hacer una sola mesa de discusión en paralelo a las comisiones, a la que asistían todos los grupos interesados, los representantes de las aerolíneas, los diputados de los diferentes partidos así como los funcionarios del gobierno. Esto con el fin de analizar la visión de la reforma de una manera global. La ventaja es que todos los grupos estaban conscientes de que, por una parte, la legislación nos estaba dejando fuera de la competitividad internacional, y, por otro, las quejas de los usuarios ya eran muy altas. Otra de las ventajas fue que la Cámara Nacional de Aerotransporte y las mismas aerolíneas, siempre a las reuniones trajeron documentos con propuestas, lo que hizo muy fácil la discusión y la búsqueda de una solución en conjunto. Como siempre hubo momentos muy difíciles en dónde cada uno de los grupos defendía sus intereses, inclusive se les tuvo que llamar la atención al mismo gobierno y a los empresarios, pero al final del proceso en la Cámara es en dónde tenemos la obligación de buscar consensos y eso fue lo que hizo que todo el grupo trabajará en la búsqueda de la mejor legislación posible”.

Al parecer, todos están felices y contentos, ahora la ley pasa al Senado, esperemos que ellos sean tan eficientes como lo fue en este caso la Cámara de origen, la de Diputados, y en beneficio de los consumidores podamos ya tener una ley competitiva, ya que hoy, el volumen de operaciones de la aviación civil está concentrado en las operaciones de las aerolíneas de bajo costo, que de pronto ya ni son tan de bajo costo y no dan buen servicio.

Además, basta ver la tendencia de lo que ha pasado en las últimas semanas con las grandes aerolíneas de los Estados unidos, en dónde la arrogancia de la cultura de estas empresas empieza literalmente a golpear y dar un mal trato a los pasajeros, esperemos que con esta nueva ley las empresas de aviación en México retomen el buen camino del servicio.

Ahora todo está en manos del Senado, ¡no nos decepcionen señores!

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