Acusado de apoderarse ‘a la mala’ de las joyas de la familia, el doctor Alfredo Peón Molina fue denunciado por su hermano José.
El galeno, según su hermano, sacó de dos cajas de seguridad de Bancomer un lote de alhajas de oro con piedras preciosas, que la madre de ambos había dejado en herencia en vida a sus consanguíneas y que los dos varones mantenían en custodia.
Según la denuncia, la señora María Adolfina de las Mercedes Molina Zapata hacía más de 25 años tenía dos cajas de seguridad en el citado banco y en ellas depósito sus alhajas.
En fecha 10 de febrero del 2012, transfirió la seguridad de dichas cajas a sus hijos José y en marzo de ese mismo año citó a los hijos a su casa de Itzimná.
Ahí les entregó varias alhajas a sus hijas Elda María, Noemí y Eugenia, pero a Cecilia, como vive en Chicago, las demás hermanas recibieron su parte para guardar.
Entonces, presuntamente las hermanas Peón Molina le entregan al ahora denunciante todas las alhajas para que las guardara en las cajas de seguridad.
Sin embargo, a finales de febrero del presente año, Eugenia se comunica con José y le dice que había visto en unas fotografías las joyas que les dejó su madre y que las prendas las lucían la esposa e hijas de Alfredo.
Ante ello, José acudió a dicho banco, en compañía del notario Juan Pablo Monforte Méndez, dando fe de la desaparición de las alhajas, pues solo hallaron 11 centenarios.
Presuntamente Alfredo reconoció que tenía las alhajas, pero aseguró que no las devolvería y que hiciera lo que quisiera, por lo que lo denunció ante las autoridades.