En un hecho insólito, un delincuente meridano se robó un teléfono celular en las oficinas a donde acudió a firmar su libertad condicional.

Y se lo robó nada más y nada menos que a la coordinadora de la oficina que precisamente tiene la función de determinar la peligrosidad de los delincuentes.

Por fortuna, el cínico delincuente, identificado como Armando Abraham Cruz Quijano (a) “Koyac”, porta un brazalete electrónico, lo que permitió que se le ubicará y detuviera después de este robo.

El hurto ocurrió en el Centro Estatal de Medidas Cautelares, a donde acudió a firmar y así cumplir con uno de los requisitos que le pidieron para gozar de la suspensión provisional del proceso que se le sigue por el asalto a un meridano que retiró dinero de un cajero automático.

Cruz Quijano siempre ha contado con suerte, pues ha sido liberado anticipadamente en cuatro ocasiones por el Nuevo Sistema de Justicia Penal, pese a que en realidad la ley permite dos de estas liberaciones.

Sobre el hurto del celular, se informó que, al detectar la sustracción, la funcionaria pidió que se revisaran las cámaras de seguridad y ahí se corroboró que fue “Koyac” el que se lo llevó.

Se le ubicó cerca por la señal del localizador y se le detuvo, aunque antes lanzó amenazas diciendo que no sabían con quién se metían.

Este sujeto, el 18 de octubre pasado, fue beneficiado al negociar una suspensión provisional de su último proceso por el asalto a un sexagenario que salía de un cajero automático, delito que cometió con su cómplice, el dominicano Reny José Reynoso Morillo, quien ya fue expulsado del país.

A «Koyac» se le puso en ese entonces como condición, residir en un domicilio propio, no salir del Estado, no portar armas, firmar en Medidas Cautelares (donde ahora robó), no acercarse a la víctima en un radio de 200 metros, la colocación de localizador electrónico y reparar el daño por la cantidad de 8 mil pesos.

El Centro de Medidas Cautelares, donde robó, determina la peligrosidad de los delincuentes y también si están cumpliendo con los acuerdos a los que llegan para estar en libertad.