Se quedó a vivir en la cárcel porque se les ‘olvidó’ sentenciarlo
En un hecho insólito, un mesero meridano fue condenado a un año y siete meses de cárcel cuando ya llevaba más del doble de ese tiempo preso.
Y es que fue sentenciado ayer, pero él fue detenido en octubre de 2013, cuando lesionó con arma blanca a un sujeto en un bar «de segunda» del centro meridano.
De plano a este mesero la justicia le llegó muy tarde, pues su proceso fue uno de los que se fue posponiendo por los cierres programados de los juzgados del sistema antiguo penal.
Se le empezó a enjuiciar en el Juzgado Quinto, pero cuando este tribunal cerró, padó a otro juzgado sin recibir sentencia y así sucesivamente hasta que ayer se dio el fallo definitivo, dictado un día antes del cierre del Juzgado Cuarto Penal, a cargo de la juez Rubí Guadalupe González Alpuche.
A su coacusado, Jesús Daniel Medina Várguez, ta,bien le pasó algo similar, pues estuvo los mismos cuatro años preso y su sentencia fue de 3 años y siete meses de cárcel, es decir él pasó siete meses ‘extras’ encarcelado.
Ambos salieron presos ayer, con lo que sus casos pasarán a la historia por haber pasado más tiempo en prisión de lo que debían por ley.
Ambos fueron condenados por los delitos de portación de armas e instrumentos prohibidos y lesiones calificadas, que denunciaron Heberth Alexander May Villegas y Gonzalo Ariel González Jiménez.
Medina Várguez fue condenado a 3 años 7 meses y 16 días de cárcel y al pago de 3,795.56 pesos; Amaro Novelo a un año 7 meses y 16 días de prisión y al pago de 1,473.12 pesos.
Los ahora sentenciados alegaron durante el proceso que se defendieron de los que los denunciaron, luego que éstos le faltaran al respeto a la novia del segundo, María de Jesús Estrella Baas (a) “Chaparrita”, quien también fue detenida pero salió libre poco después.
Los hechos ocurrieron a principios de octubre de ese año, en el citado bar, ubicado en la calle 56 entre 71 y 73, alrededor de las 3 de la mañana.
En el sitio, donde son frecuentes los pleitos, hubo un enfrentamiento entre parroquianos y al final González Jiménez terminó con un piquete de punzón en el muslo derecho y su compañero con cortadas en la cara y una lesión en el abdomen, mismas que le produjeron con una navaja.
La Caravan con placas ZAF-9071, que tenían a su cargo los agredidos, resultó dañada en los cristales.
Los agresores abordaron un taxi de la UTI, con matrícula 4423-YSB, pero su escapatoria acabó sobre la calle 71 x 52, cuando fueron parados en un retén de la Policía Municipal.
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