Le dan 22 años por asesinar a su compañero de parranda

Jueces del Segundo Tribunal de Juicio Oral sentenciaron a 22 años de cárcel a Raúl Alonso Caamal Pech, uno de los cinco acusados de asesinar a un joven en el sur de la ciudad.

Cleyver Geovanny Perera Noh, otro de los involucrados, solo fue condenado a 2 años y 10 meses de cárcel, ya que no se le halló culpable del crimen, sino de lesiones, por las heridas que le produjo al padre del ahora occiso.

Como informamos, los otros tres involucrados, los hermanos sordomudos Carlos Ruperto, Roger Andrés y Santos Florencio Noh Cab, fueron absueltos porque el defensor de oficio, Jesús Nael Pech Torres, tuvo destacada labor demostrando que no había pruebas suficientes contra ellos.

El fallo determinado esta tarde generó la molestia de Nicolás Cauich Cauich, padre del asesinado, lo que motivó que abandonara abruptamente la sala oral y se quejara por la pena tan baja para el homicida y el hecho que el otro involucrado recibiera una sanción mínima que le permite no quedar encarcelado.

Y es que el defensor de oficio Pech Torres argumentó que durante el juicio no se logró demostrar la coautoría de todos los acusados en el delito de homicidio calificado, incluso se estableció una posible riña.

Además de los 22 años de cárcel, a Caamal Pech se le condenó al pago de un millón 516 mil pesos por concepto de reparación del daño moral causado a las victimas indirectas.

Inicialmente, todos fueron acusados del homicidio de José Ulises Caamal Macías, de 18 años, y de las lesiones que causaron al padre del ahora occiso, Nicolás Cauich Cauich (a) “La Chava”.

Los jueces repartieron la condena: 22 años de cárcel para Caamal Pech por el crimen; 2 años y 10 meses a Perera Noh, por lesionar al padre de la víctima, y absolución a los sordomudos.

Los hechos ocurrieron el 22 de abril pasado, en horas de la tarde, cuando el ahora occiso se encontraba ingiriendo bebidas embriagantes en compañía de dichos sujetos, en la calle 135 entre 64 y 66, de esa colonia.

De pronto, surgió una discusión y José Ulises empezó a golpearse con uno de ellos y finalmente entre todos se le fueron encima.

Rápidamente fue a pedir el apoyo de su padre Nicolás Cauich, que fue con su hijo a cobrar venganza, portando un machete.

Fue superado por los sujetos, que lo desarmaron y le cayeron a cuchillazos, mientras a su hijo le clavaron el arma en varias ocasiones, rematándolo con una piedra.

Al final de cuentas, para los jueces solo fue uno el que mató al joven, por lo que los demás vuelven a casa.