Insólito: meridano muere dos veces, en lugares y días diferentes

Cuando el domingo temprano se hicieron al mar a pescar, los meridanos Ricardo y Mauro Rivero García y Alberto Sosa Miranda  nunca pensaron que su mejor pesca sería salvarle la vida a Alejandro Nájera, quien estuvo a punto de morir ahogado frente a las playas de Chuburná.
Sin embargo, por esas cosas extrañas de la vida, el rescatado falleció un día después en el hospital, cuando todo indicaba que ya se había salvado, pues estuvo caminando y platicando lo sucedido con las personas que lo sacaron del mar.
Prácticamente murió dos veces, pues antes de ser rescatado ya no tenía pulso y con la ayuda de varias personas lograron reanimarlo, aunque tuvo una recaída y murió al día siguiente.
Cerca de las tres de la tarde, de regreso al refugio pesquero de Chuburná y con una pesca de numerosos meros y chacchí, los tres pescadores vieron que desde la playa varias personas agitaban las manos, gritaban y les señalaban que una persona flotaba boca abajo en el mar.   
De inmediato Mauro Rivero se lanzó al mar para rescatar a Alejandro Can Nájera, de 37 años y vecino de Mérida, quien ya no se movía, estaba morado y llevaba por lo menos 10 minutos sumergido en el agua.
Subieron el cuerpo a la lancha y lo llevaron a la orilla, donde batallaron 40 minutos para revivirlo, lo que por fin lograron.
Marisol Dzul, quien es novia de Alejandro, relató que habían ingerido bebidas embriagantes y luego se metieron a bañar al mar, pero llegaron a un bajo y la corriente los jaló. Varias personas rescataron a Marisol, pero no pudieron con el cuerpo de Alejandro. Fue cuando se acercó la lancha de los pescadores meridanos y rescató al bañista.
Una ambulancia llegó una hora después del rescate de Alejandro, quien ya había recobrado el conocimiento y se estaba recuperando poco a poco. La Armada nunca hizo acto de presencia durante el rescate y el apoyo al paseante.
Alejandro fue llevado a Mérida y hospitalizado en el OHorán, donde anoche falleció por secuelas del accidente, aunque no se precisó la causa exacta de la muerte

– Texto de José Manuel Sierra Herrera