Se calienta pleito entre herederos de la Coca Cola en Mérida

En un procedimiento poco común, el juez de control Luis Edwin Mugarte Guerrero determinó prisión domiciliaria para Ermilo Javier Castilla Roche y su hijo Ermilo Roger Castilla Ponce, acusados de millonario fraude por su propia familia, los poderosos empresarios dueños de la embotelladora Coca Cola en el Sureste.

A ambos, se les atribuyen los delitos de falsificación de documentos en la modalidad de uso y fraude, delitos denunciados por Margarita Ponce Díaz, ex esposa y madre de los procesados.

La mujer los acusa porque presuntamente falsificaron su firma y elaboraron un poder para vender varios predios a una empresa de Castilla Rocha en Cancún y otros en Mérida, generándose un quebranto económico estimado en más de 87 millones de pesos.

Durante la audiencia, los abogados de los imputados solicitaron al juez Mugarte Guerrero la prescripción de los delitos, pero no se accedió a esta situación.

Asimismo, la parte demandante pidió prisión preventiva, pero el juez tampoco accedió.

Por el contrario, determinó imponer a ambos, como medida cautelar, que sean resguardados en sus respectivos domicilios, por el término de seis meses.

También que sean sometidos a doble vigilancia, es decir, por parte de personal del Centro Estatal de Medidas Cautelares y de la Policía Estatal, por el mismo lapso de tiempo.

A los dos, desde la audiencia de imputación, se les colocó un localizador electrónico

La denuncia fue presentada el 11 de abril de 2014 y en ella se señala que para la falsificación de la firma, Ermilo Castilla Ponce se apoderó del pasaporte de su madre para sacarle copias fotostáticas.

Esto lo pudo hacer porque gozaba de la confianza de su madre y podía entrar a su casa como parte de la familia, situación que aprovechó para sustraer el pasaporte de su progenitora.

Se menciona que el poder fue elaborado ante el Notario Público suplente número 33, Martín René García Tamayo, quien es conocido de su ex esposo Castilla Roche.

Con el poder falso, Castilla Ponce vendió varios predios de su madre, a su padre y a particulares, tanto en Mérida como en Cancún.