Guardan silencio ante el juez los esposos «matapolicías»
En audiencia que se prolongó más de cinco horas, este jueves fueron imputados a proceso los esposos Angel González Kob y Nidia Rebeca Pérez Euán por su participación en el asesinato de un agente antisecuestros y las lesiones que le ocasionaron a otro policía.
Ambos guardaron silencio, lo que alimenta aún más las dudas y especulaciones sobre la forma en que ocurrieron los hechos.
Pese a ello, el juez de control Luis Edwin Mugarte Guerrero los imputó a ambos por los delitos de de homicidio calificado, homicidio calificado en grado de tentativa y daño en propiedad ajena, todos cometidos contra servidor público,
Aunque el varón hizo algunos comentarios tratando de deslindar a su mujer del ataque, cuando les tocó turno del uso de la palabra, asesorados por su defensa, se reservaron su derecho a declarar y pidieron las 144 horas que la ley les otorga para que se realice la audiencia de vinculación en la que se resolverá su situación jurídica.
La pareja estuvo asesorada por el abogado José Gabriel Cocom Kob, medio hermano del ahora imputado. El defensor se quejó porque sus clientes, dijo, estuvieron incomunicados y por ello tramitó un amparo.
Pese al alegato de la defensa, el juez Luis Mugarte Guerrero declaró que era legal la detención, que no se violaron las garantías individuales de los ahora procesados y que se cumplieron los conceptos de inmediatez y flagrancia durante la captura.
Estableció la medida cautelar de prisión preventiva y fijo la audiencia de vinculación para el 20 de noviembre.
El expediente indica que el pasado 13 de noviembre, alrededor de las 05:10 horas, el comandante de la Unidad Especializada en el Combate al Secuestro (UECS), Angel de Jesús Santos Manzano, recibió un aviso para que fueraa la plaza comercial El Patio
Fue con sus elementos Manuel Felipe Nery Blanco Méndez y José Antonio Rodríguez Basto, en dos vehículos oficiales, el Attitude placas ZBP-331- A y el Versa ZBG-987-A.
Al llegar se entrevistaron con Angel González, quien les dijo que su padre había sido secuestrado en Quintana Roo y que temía por su seguridad y la de su familia, que estaba con él en esos momentos: su esposa y ahora coimputada y sus hijos adolescentes M.F. y M.A. (una jovencita y un varón)
Tras dialogar, los policías les ofrecieron trasladarlos a la base de la UECS para su seguridad y al Versa se subieron el extinto policía y su compañero, quienes debían llevar a la mujer y a sus hijos.
Sin embargo, cuando ya los iban a subir, Angel pidió viajar en ese auto con su esposa, dejando que el comandante Santos Manzano trasladara a los adolescentes.
González Cob se sentó en el asiento de atrás del copiloto del Versa y alrededor de las 6:33 horas llegaro al Complejo de Seguridad, aunque primero llegó el Attitud, cuyo chofer, el comandante, le pidió a una agente de nombre Areny Anahí González Caamal, que se hiciera cargo de los menores.
Sin embargo, el comandante se percató en ese momento que el Versa se encontraba siniestrado en la lateral exterior del Complejo de Seguridad, por lo que se acercó de inmediato y pudo escuchar a Rodríguez Basto gritar: “Ayúdame, ayúdame, tiene un arma…acaba de dispararle a Felipe”.
Observó como Rodríguez forcejeaba con el sujeto por la posesión del arma, logrando entre los dos someterlo, siendo auxiliados por el oficial encargado de la “pluma” de acceso, Wilberth Armando Braga Maas.
El arma con la que se asesinó al policía, que presuntamente obtuvo de la bolsa de la mujer, es una pistola semiautomática marca “Star” calibre 9 mm, con un cargador con 8 tiros útiles.
En el piso del mismo auto, se encontró una navaja y otra pistola del mismo calibre, con dos tiros en la recámara.
Los oficiales atacados portaban otras armas, del mismo calibre, mismas que fueron recuperadas.
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