El presunto narcotraficante Héctor Eduardo Marrufo Victorín, (a) “El Keiser”, detenido en días pasados por la Policía Federal, fue dejado en libertad condicional.

Al ser puesto a disposición del Juzgado Segundo de Control se le formularon cargos por delitos contra la salud, en la variante de posesión con fines de suministro de los narcóticos denominados cannabis y cocaína.

Sin embargo, la Juez Segundo de Control, Ileana Georgina Domínguez Zapata, lo dejó en libertad con el pago de una garantía económica de 8 mil pesos y el uso de un brazalete electrónico.

Esto pese a que se le detuvo con varios paquetes de droga que transportaba en una camioneta tipo Cheyene doble cabina, placas CX-84-029 del Estado de Chiapas.

Como informamos, fue detenido sobre la carretera Mérida-Tizimín, a la altura del kilómetro 86+200, cuando fue visto por la unidad marcada con el número económico 15412 de la Policía Federal, cuyos agentes estaban en alerta ante el reporte de que un vehículo con similares características transportaba drogas.

Al ver pasar la camioneta se aplicó el protocolo de seguridad y mediante el altoparlante se le indicó al conductor originario de Panabá, Yucatán, que se detuviera, pero hizo caso omiso y huyó, de manera que se le dio alcance y fue cuando se le descubrió la droga

La droga incautada resultó ser marihuana y cocaína en una cantidad que por mucho rebasa el máximo permitido para consumo personal y directo por lo que su posesión era con fines de suministro.

Al “El Keiser” se le atribuyen nexos delictivos con Oswaldo Trejo Peña, (a) “Comandante Zorro”, quien fungió como jefe de plaza y mantuvo el control de una amplia estructura criminal en Playa del Carmen, aún cuando fue detenido y encarcelado en el penal de esa localidad, misma que logró controlar por mucho tiempo hasta que fue trasladado a otro reclusorio.

Se cree que huyó a Yucatán tras ser amenazado de muerte el 27 de marzo pasado en una “narcomanta” colgada en una escuela primaria de Playa del Carmen, atribuida al Cartel del Golfo.

En ella lo amenazaron de muerte por la ejecución de dos colombianas bailarinas de centros nocturnos y de un fiscal del Ayuntamiento de Solidaridad, cometidos días antes.