Reaparece en calles de Mérida zopilote que prefiere vivir entre los humanos
Exactamente un año después de que un zopilote cobró notoriedad al hacer de las calles y avenidas de Mérida su hogar, él ave ha aparecido nuevamente en la zona en la que se hiciera «famoso».
Nadie sabe si se trata del mismo animal, pero tiene el mismo comportamiento que el del año pasado, incluso recorre a saltos la misma zona, como si nunca se hubiera ido de ella.
Al igual que el del año pasado, el ave se pasea por tierra debido a que no puede volar, pues está herido de una de sus alas, lo que lleva a pensar que se trata del mismo y que nunca se fue, aunque nadie lo había visto desde diciembre del año pasado.
El zopilote apareció el fin de semana pasado en la zona del fraccionamiento del Parque y se desplaza por calles de la colonia, llegando a fraccionamientos aledaños, pero es más frecuente verlo recorrer las vías del ferrocarril instaladas sobre el Circuito Colonias.
Se desplaza caminando y dando pequeños saltos cuando la situación lo amerita, aunque logra realizar vuelos cortos para llegar a ramas y monumentos y de esta forma ponerse a salvo de perros, gatos y automovilistas.
Él ave no se muestra perturbado por la cercanía de la gente y atraviesa los cruceros como si alguien le hubiera enseñado, incluso ha aprendido a esperar a que el semáforo esté en luz roja para pasar entre los autos que se detienen a hacer su alto.
El «chombo» ya es ampliamente conocido por la zona, especialmente entre alumnos del Cinalep y otras escuelas qué hay en el área.
Llama la atención que no es objeto de ataques por parte de los humanos y quizá por ser un animal al que muchos causa repugnancia, generalmente son las personas las que se alejan cuando se lo encuentran.
Los perros y gatos callejeros parecen haber aprendido a convivir con el célebre zopilote, que prefiere usar los camellones de las avenidas, pues parece haber «entendido» que así se protege de los vehículos.
Los vecinos y empleados de comercios de la zona no tienen una explicación al hecho de que haya aparecido exactamente un año después de que se le viera haciendo do lo mismo, pero descartan que sea la mascota de alguien, pues es un ave carroñera que nadie en su sano juicio tendría de acompañante.
Ignoran de qué se alimenta, pero aseguran que lo han visto comer frutas descompuestas y restos de alimentos que encuentra a su paso.
Pese a la habilidad del animal para cruzar calles y sortear vehículos, la gente cree que su vida está en constante peligro, de manera que esperan que apenas sanen sus heridas pueda alzar de nuevo el vuelo.
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