Venta de juguetes sexuales en México se ‘dispara’ por pandemia de COVID-19
El sexo vende, incluso durante la pandemia por el nuevo coronavirus.
Erotika, la principal cadena de tiendas de artículos eróticos y sexuales en México, reportó recientemente que sus ventas a través de canales digitales aumentaron 280 por ciento desde que las autoridades sanitarias del país emitieron recomendaciones de aislamiento.
La compañía mantiene cerrados sus más de 50 establecimientos en todo el territorio, pero para satisfacer la demanda de sus consumidores (70 por ciento de los cuales son mujeres y 30 por ciento hombres) ofrece diversos productos en su portal de Internet.
Las compras se envían hasta la puerta de casa a través de aplicaciones de entrega a domicilio para respetar las medidas de distanciamiento.
Diana Bernal, directora de marketing de Erotika, asegura que incluso antes de que las autoridades mexicanas lanzaran la recomendación de aislamiento, sus ventas aumentaron considerablemente porque muchos de sus clientes regulares comenzaron a realizar “compras de pánico”.
“Después vino el anuncio de la Fase 1, con el encierro oficial, y muchas parejas como personas solas comienzan a preguntarse qué harán con su vida sexual”, agrega.
En México, como en otros países, aplicaciones como Tinder o Bumble suelen utilizarse por usuarios que buscan encuentros sexuales, pero las medidas de distanciamiento derivadas de la pandemia provocaron el cierre de espacios públicos como bares, centros comerciales, gimnasios y otros. Según Bernal, el “miedo” a salir pudo provocar que algunos usuarios optaran por experimentar con juguetes sexuales.
En Argentina, la práctica de ‘sexting’ (un intercambio de material sexual a través de textos, fotografías o videos en distintas plataformas) cobró fuerza como una forma de mantener la actividad de esta índole virtualmente.
En Brasil, el Ministerio de la Mujer, Familia y Derechos Humanos lanzó una cartilla a principios de mes destinada a población LGBT en la que la ministra Damares Alves recomendó a “trabajadores sexuales” que intenten la opción de un “servicio virtual”.
En Guatemala, Paola Matheu, propietaria de la tienda Penelope Love Boutique, que se especializa en juegos eróticos en línea, reportó que sus ventas en línea aumentaron 75 por ciento a partir de las restricciones impuestas por el gobierno durante la pandemia, incluido el toque de queda.
Ella explica que entre los juguetes que más se solicitan están los estimuladores y que son más las mujeres las que han solicitado compras en línea.
“Al final, muchos por curiosidad entraron a nuestro sitio y comenzaron a ver que somos mucho más que dildos. Tenemos mucha innovación, muchos productos y la gente comienza a hacerse su canasta básica y decide ‘me quedo encerrado conmigo, pero quiero orgasmos’”, señaló Bernal.
Aunque no se puede tener certeza de quiénes son los usuarios finales de los productos, Bernal piensa que no sólo usuarios solitarios, sino también parejas, hacen compras en Erotika.
Entre los productos que más demanda tienen entre mujeres destacan los masturbadores (que cuestan 600 pesos, unos 25 dólares) y productos de estimulación (que cuestan 3 mil 200 pesos, unos 130 dólares). Para las parejas lo más vendido son aceites (que cuestan 2 mil pesos, unos 83 dólares) y un kit de bondage (sexo con ataduras, por el mismo precio).
Con respecto a sus compradores, Bernal opina que las mujeres compran más porque la oferta es menor para los hombres.
Aunque sus ventas en línea se han triplicado, la compañía, como muchas otras que al no ser esenciales tuvieron que cerrar, está sufriendo una crisis económica. Tener cerradas 56 tiendas físicas ha representado un duro golpe para Erotika, que sigue pagando la renta de muchos de sus locales, además de las nóminas de sus empleados.
De acuerdo con Bernal, el 70 por ciento de sus ventas era en las tiendas físicas, pero confía en salir adelante cuando las cosas vuelvan a la cotidianeidad.
Por lo pronto, lo que compañías como Erotika han detectado en medio de la pandemia es que muchas personas, por vergüenza o por tabú, no entraban a sus tiendas físicas, pero en línea y con entrega a casa a través de compañías como Rappi, Cornershop, Amazon y Linio los juicios morales no entran en la ecuación.
“Ahora con esas formas de entrega, así como piden que les lleven su torta o su hamburguesa, piden su juguete sexual y es completamente anónimo. Se elimina ese bloqueo social o mental”, declaró Bernal, quien considera que esta época será un parteaguas de nuevos usuarios que se quitaron el miedo a sentir placer de una manera distinta.
“Ya muchos que nos conocieron no nos van a dejar porque al final es placer”. (El Fibanciero)
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