Cristina Zenyaze Ramírez Pérez, ingeniera en alimentos por la Unidad Iztapalapa de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), fue la creadora de esta cerveza extraída de las profundidades del Océano Pacífico.

Ramírez Pérez detalló que la mayoría de las cervezas que actualmente están en el mercado son de baja calidad, debido a que el sector industrial tiene como objetivo únicamente cumplir con los volúmenes requeridos de producción.

Otro problema consiste en que en el ramo “todos hacen lo mismo”, al aplicar cambios o mejoras en tres de los cuatro ingredientes fundamentales: malta, lúpulo y levadura, pero no dan interés suficiente al cuarto elemento: el agua.

La venta de esta cerveza está prevista para febrero de 2020, en dos estilos: Porter, con sabor a chocolate amargo y café, y Pale Ale, con notas acarameladas y aroma afrutado.

La producción –en una primera fase, prevista para febrero de 2020– sería de alrededor de cien litros al mes de cada estilo equivalentes a 23 cajas con 12 botellas cada una para su distribución en establecimientos de zonas con niveles socioeconómicos medio o alto, ya que el precio será necesariamente más elevado: de entre 70 y cien pesos, por unidad.

La ingeniera detalló que, aunque es sacada del mar, esta bebida no resulta salada, pues se desaliniza y purifica. “Por lo que es apta para el consumo humano, en particular al tratarse de agua dura rica en minerales, que intensifican las notas de sabor y aroma.