MUNA.- Parece la trama de una película, pero es lo que hace en la vida real el presidente municipal, Rubén Carrillo Sosa, quien desde el inicio de su administración y hasta ahora se ha visto envuelto en escandalo tras escándalo.

En esta ocasión lo hizo de nuevo, ya que por sus pistolas y en franco desapego a la ley y la justicia insiste en retirar una concesión para otorgársela y favorecer a dos de sus empleados.

A continuación, la denuncia del comerciante agraviado:

El día 21 de septiembre de 2020, en la Notaría Pública número 24, a cargo del Notario Manuel Calero Rosado, con residencia en la ciudad de Mérida, comparecimos por voluntad propia el suscrito ALFONSO AGUIAR DENIS y FRANCISCO JAVIER CABRERA CHABLÉ, con el fin de celebrar un contrato de cesión de derechos de un local comercial marcado con el número 20 con giro de lonchería, ubicado en el bazar de comidas de Muna.

Se efectuó ante Notario Público en virtud de que al intentar hacerlo en el ayuntamiento el tirano alcalde, haciendo alarde de prepotencia, amenazo con encarcelar al señor Francisco Javier si éste no cedía el local a su ex pareja sentimental María Cristina Díaz, de quien se encuentra separado desde finales del 2019. Aclarando que la Sra. Díaz y su hermano Fernando Díaz son protegidos del alcalde por ser empleados en su actual administración. Por lo que el señor Francisco Javier, a sabiendas de cómo se las gasta el presidente municipal y por temor a ser encarcelado, decidió huir de la comunidad.

A pesar de tener el pleno conocimiento de la cesión legal, ya que se le entregó en propia mano una copia la cual incluso firmó, el presidente municipal insiste en no reconocerlo alegando en palabras propias que para él no tiene validez un documento oficial si no únicamente su autoridad, e insiste en entregárselo a Cristina Díaz.

Quiero hacer mención que: en una de las tantas veces que fui al ayuntamiento, y sabiendo que Cabrera Chablé tenía deudas con terceros y para que nadie saliera perjudicado, intenté llegar a un acuerdo con Rubén Carrillo para saldar dichas deudas e inclusive cederle a la Sra. María Cristina todos los artículos que se encuentran dentro del local, los cuales también me fueron vendidos.

No se omite manifestar que al parecer tiene la protección de la fiscalía del Ministerio Público con sede en Maxcanú, ya que desde el día 3 de marzo del presente se interpuso la demanda y hasta el día de hoy solo han dado largas, alegando que esta es una situación con TINTES POLITICOS.

En una muestra más de su prepotencia hace aproximadamente un mes modificó el reglamento municipal a su conveniencia, alegando que no están permitidas las concesiones ni mucho menos la renta, cuando es bien sabido por toda la comunidad que la mayoría de los locales se encuentran rentados y que en el transcurso de su fallida administración ha autorizado varias concesiones, inclusive una en la cual el cesionario se encontraba viviendo en Estados Unidos y se realizó la cesión a través de terceros.

En el mes de septiembre, cuando me presento al local a limpiar, se apersonan cinco elementos de la policía municipal, acompañados del DIRECTOR DE POLICÍA, el SECRETARIO MUNICIPAL, la Sra. María Cristina, el hermano de ésta y la mamá de los mismos, con candado en mano para cerrarme el local alegando que está en pleito por cuestiones maritales, cuando es bien sabido que un local de municipio no entra en reparto de bienes mucho menos sin haber un matrimonio de por medio.

En días pasados cuando mis representantes legales intentaron dialogar con el alcalde fueron sacados del ayuntamiento por elementos de la policía bajo órdenes del SECRETARIO MUNICIPAL.

Expongo lo anterior a la opinión publica para que sepan qué clase de autoridades elegimos en Muna y recapaciten al ejercer el sagrado derecho que tenemos de decidir que personajes queremos que nos representen y no volver a caer en lamentaciones, porque el hubiera no existe.