En Japón el sumo ya es también para mujeres
El sumo, una piedra angular de la cultura en Japón, era hasta hace poco un deporte reservado a los hombres. Pero ahora un puñado de mujeres como Sayaka Matsuo se han sumado al ring.
Hija de un luchador profesional, Sayaka comenzó a practicar sumo a los cinco años; hoy es su pasión.
“El primer golpe es el más difícil. Duele y es fácil lesionarse. Pero si uno no practica no puede llegar a ser fuerte. El ejercicio es lo que más me cuesta”, Sayaka Matsuo, estudiante de sumo.
Los orígenes del sumo, una lucha vinculada a la religión sintoísta, se remontan a unos 2,000 años. La tradición prohíbe a las mujeres pisar la ‘tierra sagrada’ – el estadio Kokugikan en Tokio, donde tienen lugar las competiciones oficiales de sumo. Pero desde 1997, las luchadoras pueden participar en peleas amateur.
¿Deporte olímpico?
Hay quienes piden que el sumo de mujeres -al igual que el sumo de hombres- sea reconocido como un deporte olímpico, aunque hay pocas posibilidades de que esto suceda a tiempo para los Juegos de Tokio en 2020.
“La gente tiende a pensar en el sumo como un deporte reservado a los hombres gordos. Tenemos que cambiar eso y mostrar al mundo que las mujeres también pueden participar y apreciar este deporte, eso aumentará el número de participantes”, Toshiaki Hirahara, entrenador de sumo.
Anna Fujita empezó a practicar sumo hace dos años y hoy compite en la categoría por debajo de 65 kilos. Su sueño es modernizar la tradición y algún día poder luchar en el estadio Kokugikan.
“Mi principal desafío fue ser integrada y practicar sumo con un grupo de hombres. Todavía es difícil borrar las diferencias entre los sexos pero es necesario hacerlo, debemos cambiar la forma de pensar en Japón”, Anna Fujita, estudiante de sumo.
A pesar de los avances recientes, hay cerca de 300 hombres por cada mujer en las competiciones júnior. Una señal de que las mujeres aún deberán pelear mucho para hacerse su lugar entre los pesos pesados.
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