Mérida, Yucatán, 25 de mayo de 2015.- Como resultado de una aventura de emprendimiento, gestión y exploración que inició hace tres años, José Norberto Ojeda Pech vio partir este día el primer contenedor con 70 mil unidades del producto que él mismo creó y patentó, llamado Abatim, un contenedor y dosificador de la sustancia conocida comercialmente como abate (temefos).En la Dirección de Comercio Internacional de la Secretaría de Fomento Económico (Sefoe), su titular, David Alpizar Carrillo, y el cónsul General de Cuba en Yucatán, María Jorge García Cecilia, dieron el banderazo de salida de la mercancía con destino a La Habana.José Norberto, representante de Nea Industrias Ambientales, recuerda con notoria emotividad que fue en noviembre 2013, en el marco de la Feria Internacional de La Habana (Fihav) y en presencia del Gobernador Rolando Zapata Bello y del mismo funcionario, que autoridades del Ministerio de Salud Pública de la isla le entregaron los resultados de los estudios que certificaban la efectividad de su dispositivo, tras un año de pruebas, viajes y trámites.Abatim está diseñado para su colocación en tinacos de uso doméstico, de aproximadamente 700 mililitros de capacidad. Además, es capaz de dispersar la cantidad estrictamente necesaria y pertinente del producto (unos 50 gramos) en el agua en un periodo de tres meses, logrando ahorros de hasta un 40 por ciento de la sustancia.Como resultado de la participación de la compañía en diferentes ediciones de la Fihav con apoyo del Gobierno del Estado, el innovador artefacto se ha ido abriendo camino en la isla, lo que contribuirá a disminuir la propagación de enfermedades virales como el dengue y chikungunya, trasmitidas por el mosco de la especie Aedes aegypti.El Instituto de Medicina Tropical “Pedro Kourí” de Cuba avaló científicamente que este dosificador permite un mejor aprovechamiento del abate que en los casos en que se usa diluido a granel, y a su vez evita la formación de lama o verdín, lo que garantiza la inocuidad del agua para el consumo humano.Dicha institución, líder en su campo en América, es auspiciada por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) y es colaboradora de la Organización Mundial de la Salud (OMS), así como la Organización Panamericana de la Salud (OPS).Derivado de esta certificación, Nea Industrias logró un acuerdo con el Gobierno de Cuba para el abastecimiento de cerca de tres millones de piezas, que se estarán distribuyendo hasta el segundo trimestre de 2016.El primer lote se embarcó este día con destino final a la provincia de Artemisa, cercana a La Habana, una de las zonas más afectadas por enfermedades de transmisión vectorial.El empresario se enorgullece de su invención, a la que califica como «cien por ciento yucateca y el primer producto local que se envía al Ministerio de Salud Pública de ese país». Añade que también cuenta con patentes nacional e internacional ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI), y con registro tanto en Cuba como en México, donde ya se está comercializando en puntos de venta.Explica que el dosificador, que tiene las dimensiones aproximadas de un huevo, está hecho de plástico virgen grado alimenticio con calibraciones precisas, tanto en el grosor como en los agujeros de intercambio, lo que permite liberar la sustancia mediante la corriente de agua por medio de un movimiento de péndulo.Ojeda Pech relata que el Instituto de Medicina Tropical “Pedro Kourí” probó el dispositivo con cinco marcas de abate, dos de ellas mexicanas y las otras de Cuba, Canadá y Perú. En estas evaluaciones Abatim salió exitoso.El contador público de profesión, quien también patentó el producto Acualim 02, un repotabilizador del vital líquido que ya se distribuye a nivel estatal y nacional, relata entusiasmado que está listo para delegar a sus colaboradores la logística de comercialización de ambos artículos y enfocarse en el desarrollo de nuevas invenciones.
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