China vuelve a confinar a varias zonas tras rebrote de casos
Con unas cifras que en la mayoría de países serían consideradas el fin de la pandemia, China vuelve a poner fuertes restriccionespor unos pequeños brotes del coronavirus.
Su política de «Covid 0», que ha mantenido la epidemia a raya tras controlarla en Wuhan, lleva a adoptar de inmediato medidas draconianas para cortar de raíz cualquier rebrote antes de que se propague a gran escala.
Incluyendo los 35 nuevos positivos detectados el domingo, las autoridades contabilizan desde la semana pasada 133 casos en once provincias, lo que ha hecho saltar todas las alarmas porque se trata del mayor brote desde julio. Pertenecientes todos ellos a la supercontagiosa variante Delta, se concentran en el norte y noroeste, sobre todo en las regiones de Mongolia Interior y Gansu, pero también han llegado al centro y sur, por ejemplo a Shaanxi y Guizhou, e incluso a Pekín.
Como la capital está más protegida que el resto de ciudades para salvaguardar a la cúpula del régimen y también los Juegos Olímpicos de Invierno, que empiezan el 4 de febrero, el gobierno local intenta reducir los movimientos de entrada y salida a la ciudad.
Además de pedirle a los 20 millones de pequineses que no viajen si no es estrictamente necesario, las autoridades han aplazado sin fecha la maratón prevista para el próximo lunes, en la que iban a participar 30.000 corredores. Para evitar el riesgo de contagio, el domingo también fue suspendida la maratón de Wuhan, que iba a simbolizar la victoria de China sobre la pandemia precisamente en su epicentro.
Los viajes turísticos han sido cancelados a las zonas donde han aparecido casos, entre ellos Pekín, y las empresas han recibido órdenes de que sus empleados no hagan viajes de trabajo.
Desde el año pasado, los funcionarios, profesores y estudiantes tienen prohibido salir de sus respectivas ciudades para impedir así posibles infecciones.
Como ocurrió lo mismo durante los brotes del verano, hay millones de personas que llevan ya casi dos años sin moverse dentro de China y, además, tampoco pueden viajar al extranjero.
Al cierre de fronteras en muchos países, entre ellos los de la Unión Europea porque China no deja entrar turistas ni viajes de negocios, se suma que la Policía no está concediendo pasaportes nuevos.
Aunque ya han sido vacunados al completo el 75,6% de los 1.400 millones de chinos, no se espera que estas restricciones ni esta estrategia de «Covid 0» acaben pronto.
Mientras se empiezan a reabrir otros países que también la aplicaban, como Singapur, Tailandia y Australia, Pekín rechaza de forma tajante convivir con el virus. El motivo es que hay varias fechas sensibles el próximo año, como los Juegos Olímpicos de Invierno en febrero y el Congreso del Partido Comunista en octubre, y el régimen no quiere perder el control del coronavirus.
Para legitimarse ante su pueblo, las autoridades se amparan en el bajo número oficial de fallecidos (4.636), así como en la normalidad que se respira tras sofocar el estallido en Wuhan frente a la sangría que la pandemia ha provocado en el resto del mundo.
Además, se trata de una cuestión elemental para que no se desborde el sistema sanitario, ya que China solo tiene 3,6 camas de UCI por cada 100.000 habitantes frente a las 34,7 de Estados Unidos, las 29,3 de Alemania o las 9,7 de España. A un año de que el presidente Xi Jinping se perpetúe en el poder en el próximo Congreso del Partido, lo último que quiere el régimen es que el coronavirus se descontrole y desate una escabechina como en la India, Indonesia o, más recientemente, Vietnam.
Siguiendo con las medidas drásticas, una ciudad de Mongolia Interior con 35.000 habitantes, Ejin, ha sido confinada durante dos semanas y Lanzhou, capital de Gansu, ha suspendido sus servicios de autobús y taxi.
Al igual que en anteriores ocasiones, han vuelto las pruebas masivas en las zonas golpeadas por este brote, originado al parecer en un grupo de turistas jubilados de Shanghái que viajaron a principios de mes por Xi´an, Gansu y Mongolia Interior. Como esas fechas eran las vacaciones por el Día Nacional de China, las autoridades están pidiendo pruebas del coronavirus a los turistas que visitaron los lugares donde ha habido brotes.
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