Las gaviotas, "caza-fortunas" que acosan a pescadores de pepino de mar
Como si fueran modernas Adelitas o rieleras de la Revolución Mexicana, cientos de mujeres acompañan a los pescadores de pepino de mar durante las temporadas de captura en los puertos yucatecos.
Estas mujeres desempeñan diversas actividades, como ayudar en la descarga del pepino de mar, lavar las embarcaciones e incluso acompañar a los pescadores cuando quieren desestresarse en bares y cantinas.
Algunas de ellas llegan de municipios cercanos a los puertos e incluso de ciudades como Mérida, Motul y Campeche para ejercer la prostitución, aprovechando que los pescadores obtienen buenas ganancias y pueden pagarles por sus servicios sexuales.
Pero también estas mujeres -conocidas como las gaviotas- se han visto inmersas en hechos delictivos que involucran a los pepineros.
Un ejemplo es el caso de dos mujeres que ayudaron a un joven pescador, de apenas 15 años, a matar a un colega en Río Lagartos.
Una de ellas es Rosa María Guzmán Kumul, hermana del joven homicida, identificado como Juan Carlos Guzmán Kumul, y ambos oriundos de la ciudad de Campeche.
Con ayuda de su amiga Keila Yasuri Rodríguez Can asesinaron al pescador Daniel Eduardo Dzib Pérez, de 30 años y originario de Seybaplaya, Campeche.
También está el caso de una mujer de 27 años que agredió a su novio, un pescador de 16 años, porque no trajo suficiente pepino de mar para invitarla a un cartón de cervezas.
Este hecho ocurrió en Dzilam Bravo y los involucrados son el celestunense Daniel Solís y su enfurecida novia Erica Betancourt, quien golpeó e intentó ahorcar al joven pepinero.
Luego de la agresión, la mujer huyó en un mototaxi pero poco después fue detenida, aunque el abnegado novio le otorgó el perdón y salió de la cárcel.
Aunque no participan directamente en la pesca de la cotizada especie marina, estas mujeres también gozan de los privilegios que deja la bonanza económica de las temporadas de pepino de mar.
Como gaviotas -de hecho así se les conoce-, estas mujeres revolotean sobre los pescadores apenas llegan a los puertos pepineros.
Los ayudan a descargar el producto o les lavan sus lanchas, y a cambio reciben algunos pepinos de mar que luego venden para obtener ingresos.
También las hay que, aprovechando su juventud y belleza, se acercan a las lanchas, les dicen piropos a los pescadores y antes de retirarse piden como regalo algunos ejemplares de pepino de mar.
“Qué onda, cuate, ¿te vas a mochar conmigo para un chelita?”, “¿Y para mí sí va a haber pepino?”, “Regálame un billetito, ya sabes, para cuidar la figura”, son las frases que utilizan las «gaviotas» y a cambio reciben dinero o invitaciones para ir a un bar o a comer.
En otras temporadas de pepino de mar, cuando se autorizaban más días para la captura del equinodermo, llegaban a puertos como Dzilam Bravo hasta mil mujeres procedentes de municipios como Dzilam González, Dzidzantún, Buctzotz, Temax, Celestún, Progreso, Sisal e incluso de Campeche.
Por lo visto ya es común que a las mujeres que se venden con el pobre diablo que tenga dinero al momento se les llame "GAVIOTA". Interesante fenómeno sexenal…
La verdad se ven muy bien esas gaviotitas especialmente las de la primera foto cuanto cobran?
que pescadores !!!! los dueños de los barcos y las cooperativas son los macucos de esas viejas. Los pescadores solo les queda lana para la caguama !!!
Anonimo 2
para tu informacion ellas no cobran es un ritual un poco raro ya que no te aceptan dinero si porque si
por eso se esperan a que lleguen las embarcaciones y asi no parece prostitucion
asi que tu dinero no sirve