En Brasil, un hombre había bebido más de la cuenta y se perdió tratando de regresar a casa. Lo insólito fue quién salió a buscarlo: su toro. Según contaron los vecinos, el animal caminó hasta encontrarlo y con toda la paciencia del mundo, empezó a guiarlo de vuelta, paso a paso, por la calle.

Muchos se asomaron para mirar aquella escena: el hombre tambaleando y el toro avanzando firme a su lado, como si supiera exactamente a dónde ir. Dicen que los dos son inseparables, que el animal lo acompaña a todas partes, y esa noche no fue la excepción.

Al final lograron llegar a casa y aunque nadie sabe cómo amaneció el dueño, lo que sí está claro es que su toro nunca lo deja solo.