Tokyo Dageki Dan hace vibrar el FICMaya 2014
Mérida, Yucatán, 22 de octubre de 2014.- Los muros del Centro de Convenciones Yucatán Siglo XXI vibraron con cadencia y acentos de música ritual emanados del conjunto de percusiones Tokyo Dageki Dan, alineación japonesa fundada en 1995 por Jin-ichi Hiranuma, que se presentó como parte de las actividades del Festival Internacional de la Cultura Maya (FICMaya) 2014.
En el marco de este evento, dicha agrupación brindó un espectáculo de tambores en el salón Progreso del citado recinto, donde se congregaron cientos de personas para presenciar la extraordinaria ejecución de los nipones.
En un mundo dominado por la tecnología, el poder hipnótico de las percusiones, con toda su carga primitiva y mística, cautivó los sentidos de los asistentes, quienes sintieron literalmente la música en la piel, cuando el taiko retumbó en todo el espacio con la pieza inicial.
Tras la primera interpretación el líder de la banda, Jin-ichi, tomó el micrófono para dirigirse a la audiencia en el idioma español y presentar a cada uno de sus integrantes, que al grito de “¡viva Yucatán!” prosiguieron la velada.
Las múltiples encarnaciones del tambor, desde aquel de voz profunda como el odaiko hasta el redoble del shime-daiko, estuvieron exhibiéndose en el entarimado, donde sorpresivamente se escuchó el dulce sonido de una flauta transversa que pintó el ambiente con la acústica oriental, propia de la tierra del sol naciente.
Así, con ágiles y vigoroso movimientos de brazos y armados con baquetas, los intérpretes arrancaron vida a sus instrumentos con una euforia controlada, que ascendía en explosiones sonoras para luego descender con suavidad el ritmo y tono.
Aunque la música de Dageki Dan parte de las raíces folclóricas de Japón, sus creaciones cuentan con una sofisticación que apuesta al futuro, como lo demostraron a mitad del concierto, cuando tres de los integrantes ejecutaron una melodía con el tsuzumi, similar a una cabalgata y a la cual siguió un ambiente bucólico a partir de agudas claves que sonaban bajo el escenario.
Cada una de las piezas del espectáculo fue interpretada con una dotación distinta de tambores, de tal suerte que el público tuvo oportunidad de conocer toda la capacidad de expresión de dicho instrumento en su vertiente japonesa.
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