En el 2008, el joven Fidel Balam Chan desapareció misteriosamente en montes de Hunukú, comisaría de Temozón, al Oriente de Yucatán.

Casi seis años después se ha develado parte del misterio al hallarse la osamenta del joven en un cenote de la zona.

Pese a que por lo transcurrido del tiempo era díficil si identificación sólo por la osamenta, se le pudo identificar debido a que junto a los huesos se halló su vieja cartera y dentro de ella estaba la fotografía de quien era su novia en ese tiempo.

La osamenta fue encontrada en días pasados en el interior de un cenote de difícil acceso, cavidad a la que el joven  Fidel Balam Chan, entró por última vez un domingo de septiembre de 2008.

Ese domingo, Fidel iba a visitar a su novia Felipa Pool a la comisaría de Xluch.

Se fue en su bicicleta y nunca regresó, pese a la intensa búsqueda de su padre, Marcial Balam Ciau, de otros de sus familiares, pobladores y hasta de la policía.

En aquel entonces, sólo encontraron su bicicleta y sus zapatos.

Días después dejaron de buscarlo, aunque, resignados, sus padres, nunca perdieron la esperanza de saber que le había pasado.

Fue así como el domingo pasado,  Pablo Tuyuc Chan, hijo del dueño del terreno donde se ubica el cenote, decidió ir con unos amigos a explorar el sitio y cuando se disponían a retirarse se encontraron con la osamenta, por lo que de inmediato dieron parte a las autoridades de la comunidad.

Las autoridades acudieron y constataron el hallazgo, llegando poco después don Marcial Balam, quien aseguró que la osamenta era de su hijo porque cerca  se encontraba la cartera con la foto de la novia Felipa Pool y el cinturón que llevaba el muchacho el día de su desaparición.

El comandante Miguel Angel Suaste Huex, de la SSP, descendió a rapel para asegurar el área, pues el cenote es inaccesible.

No se sabe a ciencia cierta que le pasó al muchacho, pero se cree que descendió al cenote y ya no pudo salir, falleciendo por inanición.

Tampoco se descarta que se haya metido a nadar y muriera ahogado, quitándose el cinturón y la cartera antes de meterse al agua.

Si murió ahogado, el cuerpo salió a flote después y llegó hasta la orilla, donde luego sólo quedó su osamenta.

Hay quien cree que al no poder salir del sitio, el joven, ya cansado, se sentó a esperar la muerte, contemplando la foto de su novia en la cartera.