Directivos del Instituto Patria, la escuela de millonarios que entró en conflicto con la Arquidiócesis de Yucatán, responsabilizaron del problema al hoy arzobispo emérito, Emilio Carlos Berlie Belaunzarán, porque él fue el que comenzó la solicitud del terreno donde fue construido el plantel.

En un comunicado, señalaron que Berlie Belauzarán desde hace muchos años empezó con su petición de que se le cediera la propiedad de los terrenos de la escuela sin motivo alguno que lo justificara.

En ese mismo boletín los directivos del Patria retaron a la Arquidiócesis de Yucatán al afirmar que el arzobispo Gustavo Rodríguez Vega puede impedir el culto religioso en las instalaciones del plantel, pero no los «puede privar de la enseñanza y el amor a Dios».

Agregaron que les extraña la decisión de monseñor Rodríguez Vega, ya que desde su llegada a la entidad no ha existido ningún acercamiento con la institución, aclarando que «posiblemente haya sido mal informado de la historia del colegio”.

Como informamos, el Instituto Patria, que promovió a principios de la década de los noventa el padre Álvaro García Aguilar y un grupo de matrimonios católicos, está ahora en medio de un escándalo, pues algunos miembros de la asociación civil que se conformó en su momento para erigirlo se niegan a transferir las instalaciones a la Arquidiócesis de Yucatán, con el argumento de que se trata de una empresa privada.

En su comunicado, el Patria recalcó que desde sus inicios fue concebido como una escuela con inspiración católica por su fundador, monseñor Álvaro García Aguilar, y un grupo de laicos que lo apoyaron, pero que nunca ha recibido aportaciones económicas de la Arquidiócesis.

“Nos pueden impedir el culto religioso en nuestras instalaciones pero no nos pueden privar de la enseñanza y el amor a Dios, ya que el verdadero amor de Dios está en todos lados aunque la Arquidiócesis quiera privar a nuestra comunidad de ello”, finaliza el comunicado que circuló este marte.

En nuestra edición de ayer difundimos un mensaje del arzobispo que se leyó en al menos dos parroquias del norte de Mérida, en el cual se indicó que la Iglesia de Yucatán quiere perpetuar la obra educativa del Instituto Patria y respetar la voluntad de los donantes, por lo cual respetuosa y reiteradamente por no pocos años ha insistido en este trámite de cesión dejando incluso en ellos la administración, y sólo ha encontrado una terca negativa aduciendo que es una empresa privada.

Por tanto, puntualizó el prelado, a partir de este momento decreto que la Arquidiócesis de Yucatán se separa total y absolutamente del Instituto Patria, finalizando su compromiso original de acompañamiento, enseñanza, asesoría y asistencia espiritual quedando prohibido para cualquier sacerdote diocesano o religioso efectuar cualquier acto de culto en dicha institución o a favor de ella.