Insólita "lluvia de peces" en un pueblo de Yucatán
En un hecho insólito, una «lluvia de peces» ocurrió  en en una comunidad yucateca y  ha convertido a agricultores y ganaderos en pescadores eventuales pese a que en su localidad no hay ríos, lagunas, mar o algo que se le parezca.
Los habitantes de Xcobiacal, pequeña comisaría de Tzucacab, vieron con incredulidad como decenas de peces se movían en los mismos lugares hasta donde hace unos días la gente de la comunidad sembraba  hortalizas o pastaban sus vacas.
Mojarras de medio kilo en promedio aparecieron  después de tres días de intensas lluvias, por lo que algunos de los pobladores no dudaron en pensar que los peces llegaron del cielo, producto de una  «lluvia bíblica»,
Aunque desde luego no tienen razón, tampoco están tan equivocados, ya que los peces si llegaron por las lluvias, aunque lo hicieron arrastrados por corrientes que inundaron potreros y terrenos con hortalizas de la región.
Según dijeron los pobladores a un medio local, han investigado un poco más del asunto y fue así como descartaron la «lluvia bíblica» y supieron que los peces provienen de lagunas y ríos de Campeche, que han viajado cientos  de kilómetros  una vez que los ríos han visto desbordados sus cauces por las fuertes lluvias que han bañado el vecino estado.
El agua de los ríos se fue a  al monte y a través de corrientes naturales llegaron hasta los potreros de esa comisaría de Tzucacab, llevando consigo decenas de peces, que ahora nadan en las lagunas artificiales que se han formado en los ranchos de la comunidad, algunos de los cuales alcanzan hasta un metro de hondo.
Una vez enterado de lo que sucede monte adentro, algunos pobladores, principalmente niños y adolescentes, han acudido, «armados» con improvisadas cañas de pescar y con lombrices como carnada, a capturar a las mojarras que nadan cerca de las vacas de los ranchos.
Y pese a que usan hilos de hamaca en vez de cordeles, varios de los nuevos pescadores corrieron con suerte, pues regresan a casa con dos o tres peces, listos para freirlos o comerlos en ceviche, algo impensable en una comunidad que está a cientos de kilómetros del mar más cercano.
Algunos caminos se han convertido en ríos artificiales llenos de peces, que irremediablemente morirán cuando las inundaciones cesen, toda vez que no habrá corrientes para llegar de nuevo a su medio de origen.
Mientras tanto, según los pobladores, seguirán pescando, pues esto lesermite alimentarse y sobrellevar el problema que significa la pérdida de sus cosechas por las lluvias.
La fotografía es del portal Yucatán.com.mx