Aunque el aplausómetro estuvo casi parejo entre el alcalde Mauricio Vila y su acérrimo rival, el ex alcalde Renán Barrera, este último aprovechó que el presidente municipal se retiró enseguida para placearse entre la concurrencia, durante el informe del diputado local Elías Lixa.

Apenas concluyó el evento, Vila salió como alma que se lleva el diablo, como si le diera «asquito» convivir con los militantes.

Tanto Vila como Renán Barrera fueron ocupantes de la mesa principal junto con el senador Daniel Ávila, la diputada federal Katia Bolio y directivos panistas.

Al ser presentados, los aspirantes por la gubernatura cosecharon casi los mismos aplausos, aunque no faltó quien viera que fue Renán Barrera el que inclinó ligeramente la balanza a su favor.

Sin embargo, donde sí llevó las palmas el ex alcalde fue durante la convivencia posterior al discurso de Lixa, pues recorrió prácticamente todas las mesas tomándose fotos y saludando a la gente.

Se dejó abrazar y besar como si estuviera campaña, gracias a que Vila, como ha ocurrido en los más recientes eventos panistas, le dejó el campo libre.

A Vila parece molestarle el contacto con el panista de a pie, se le nota en la cara, se ve que cuando está con la militancia panista no está en su elemento, y las expresiones de su cara lo dicen todo, pero más su actitud de salir prácticamente corriendo.

Lo que llama también la atención es que Renán Barrera anda acompañado de un equipo que le toma fotos y se coordinan entre sí, como si se trata de un candidato ya en campaña.