La policía desmanteló una fiesta clandestina y detuvo a 32 personas, incluyendo 10 menores de edad, que se embriagaban en el predio, donde además había música altisonante y mucho ruido.

Precisamente fue el escándalo lo que propició que se descubriera la fiesta ilícita, pues los vecinos reportaron a la policía que no podían dormir.

Además de los detenidos, se decomisaron 32 cajas de cervezas y dos neveras donde se enfriaban las bebidas alcohólicas.

La fiesta clandestina se realizó en un predio de Tizimín, donde días antes estuvo circulando la invitación vía whatsapp y redes sociales. Se decía que era un evento de rap y luz y sonido.

El alto volumen y el ruido que generaba esta fiesta clandestina propició que vecinos se comunicaran a la Policía Municipal en numerosas ocasiones, para informar sobre la venta desmedida de cerveza a menores de edad.

Ante esta anomalía el director de la corporación municipal, Roberto Iván Pacheco Aranda, organizó un convoy coordinado con la Secretaría de Seguridad Pública para dirigirse al predio señalado, donde al llegar confirmaron el reporte y se entrevistaron con María Rosario Tun Valle, propietaria del predio, quien carecía de permiso para realizar una fiesta con venta de bebidas embriagantes, además de cobrar la entrada.

Ella misma brindó el acceso a los uniformados para que realizaran una revisión en el lugar, donde se percataron que se vendía alcohol a menores de edad, además de otras irregularidades.