Esconden la muerte de su padre para disfrutar de sus millones
Dos hijos de un millonario comerciante de Umán fueron denunciados por mantener «vivo» a su padre fallecido el 31 de diciembre pasado, a fin de seguir cobrando las rentas y la pensión del extinto en el IMSS.
El extraño proceder de ambos ha motivado también una investigación por la muerte del comerciante y su cremación rodeada de extrañas circunstancias, toda vez que el cuerpo fue entregado a un enfermero y no a los familiares.
Aunque todo indica que se trató de una muerte por enfermedad, los hijos del comerciante se enteraron del fallecimiento mediante un obituario en internet que leyeron varios días después.
Otra circunstancia extraña es que el cuerpo al parecer fue entregado al enfermero que cuidaba al hoy occiso, identificado como César Sansores Marín.
El caso ha derivado en denuncia ante el Ministerio Público por las circunstancia extrañas de la muerte, y porque presuntamente dos hijos del comerciante se aprovecharon de la convalencencia de su padre para apropiarse de bienes y cuantiosas sumas de dinero depositadas en cuentas bancarias.
Uno de los denunciados es César Octavio Sansores, quien hace algunos años estuvo preso por un fraude de seis millones de pesos a la Unión de Crédito del Comercio, Servicios y Turismo del Sureste.
De acuerdo con el caso que se ventila en la Fiscalía, el comerciante vivía solo al cuidado de un enfermero debido a que los hijos denunciados no permitían el acercamiento de sus hermanos.
El 31 de diciembre pasado, Sansores Marín falleció en la Clínica de Mérida presuntamente a causa de una neunomía, y el cadáver fue cremado al día siguiente, después de que extrañamente se le entregó al enfermero.
Los demás hijos del comerciante no se enteraron de la muerte porque ésta se mantuvo en secreto. Incluso cuando alguien preguntaba por comerciante, les decían que estaba en la Ciudad de México con otro de sus hijos.
Extrañada por este «repentino viaje», una de las hijas indagó más sobre el paradero de su padre y fue que en internet encontró la publicación de un obituario, donde se decía que el comerciante umanense había muerto el 31 de diciembre pasado.
Acudió con un comerciante al que su padre le rentaba un predio en Umán, y éste le dijo que ya le había pagado la renta correspondiente a enero y febrero a María Cristina Sansores, otra de las hijas, quien incluso le subió 500 pesos a la renta.
Fue entonces que la denunciante averiguó también que su hermana sigue retirando y disponiendo de la pensión que su padre cobraba en el IMSS, pese a no tener derecho legal.
Además, tanto María Cristina como César, según esta denuncia, siguen disponiendo dinero del fallecido mediante las tarjetas de crédito y débito que ellos mantienen en su poder, e insisten en decirle a la gente en Umán que el señor no ha fallecido.
También cobraron 45 mil pesos por los locales que ocupan un Oxxo y el banco HSBC en Umán.
En los archivos de la Fiscalía consta que César Octavio estuvo preso por el fraude de seis millones de pesos a la Unión de Crédito, por un préstamo que recibió como administrador único de Constructora Sansores en el 2002.
La auditoría de la Unión de Crédito reveló que las garantías que proporcionó César Octavio por el crédito no cubrían el monto de la garantía o simplemente no existían.
Igualmente fue desalojado con la fuerza pública de un predio que perdió por una deuda de aproximadamente un millón de pesos, en la calle 3-C entre 6 y 8 de la exclusiva colonia Gonzalo Guerrero de Mérida.
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