Roba para operar a su hijo, pero se gasta el dinero en "El Jabín"
Este día, al comparecer ante un Juzgado Penal, Marco Antonio Salazar Hernández, cajero de Dunosusa detenido por robar en el negocio, admitió parcialmente el hurto, pero menos de la cantidad que le atribuyen los representantes del comercio.
Además, justificó el hurto señalando que necesitaba dinero porque su hijo requería de una operación.
Sin embargo, admitió que se gastó parte del botín con una bailarina de un centro nocturno, cosa que hizo, según él, por despecho, porque estaba “bronqueado” con su pareja.
El detenido es procesado por robo calificado, que le imputa Joaquín Villalobos Canul, apoderado general de “Proveedora del Panadero”, nombre legald e Dunosusa.
En su testimonio ante el juez, el detenido trató de involucrar a su superior en el negocio, David Gonzalo Uicab Estrella, quien, según el acusado, días antes del hurto se “autoprestó” dinero de la tienda.
Insistió en que no robó los $25,073 que le atribuyen, sino un poco más de 18 mil pesos y aseguró que se arrepintió y devolvió personalmente 16,140 pesos.
Como informamos, el sujeto fue detenido por robar en la madrugada en la tienda Dunosusa de Ciudad Caucel. Luego se gastó cerca de $7,000 con bailarinas en el centro nocturno “Jabín”.
Pese a esto, según su testimonio, el 30 de abril se retiró de la tienda junto con su superior, pero ambos activaron las alarmas antes de irse.
El estaba desesperado porque necesitaba 5 mil pesos para la operación de su hijito, por lo que decidió cometer el hurto y aprovechando que tenía las llaves del negocio y que conocía la clave de la caja fuerte, llegó, tomó el dinero.
Luego fue al “Jabín”, donde sentó a la bailarina “Sheyla”, con quien se tomó unas copas.
Dijo que lo hizo porque quería olvidar una discusión que tuvo con su pareja horas antes.
Sin embargo, le entró remordimiento y decidió presentarse al negocio para devolver el dinero, aunque no entregó $2.,000 porque fue lo que se gastó en el centro nocturno.
Señaló que al llegar a la tienda ya estaba la Policía Ministerial, que lo interrogaron y terminó aceptando el hurto y devolviendo el dinero.
Reiteró que su superior se quedó con unos $6,000, pues él solo robó los poco más de $18,000, no los $25,000 que le atribuyen.
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