Pese a patrullajes, aumentan las visitas clandestinas a la «Clínica del Terror»
No obstante que la SSP mantiene rondines de vigilancia por las inmediaciones, esto no ha sido impedimento para que aumenten las visitas clandestinas a la denominada «Clínica del Terror», en la colonia Sarmiento, en Mérida.
El edificio abandonado, como todos los años en esta época, se ha convertido en un atractivo entre los meridanos creyentes de los fenómenos paranormales.
Sin embargo, al parecer el hecho que la propiedad esté en venta hizo que aumente el interés por conocerla, ante el «riesgo» que alguien la compre y acabe con la leyenda que la rodea.
Las visitas al lugar han ido en aumento en los últimos días y están en su apogeo en estos «Día de Muertos».
Los alumnos son los que más la visitan, incluso llegan desde escuelas lejanos y hasta niños de primaria, como los que aparecen en la foto tomada este jueves.
Tambien acuden muchas personas en las madrugadas para grabar videos dentro, incluso disfrazados que salen de fiestas de Halloween y aceptan retos de vencer el miedo y entrar al sitio.
La novedad este año es que, como informamos, «se vende» el abandonado hospital, aunque se desconoce el precio de venta, mismo que en alguna ocasión fue valuado comercialmente hasta en $4 millones, aunque hoy es muy inferior por lo deteriorado y por la «mala fama».
Hace 20 años por lo menos que la clínica fue abandonada. Perteneció a un doctor tabasqueño de apellido Acosta, quien tenía una residencia a dos cuadras del sitio y que falleciera unos cinco años atrás.
Tuvo su apogeo en los setenta y ochenta, con mucha demanda por lo accesible de sus precios, pero cerró sus puertas presuntamente porque el dueño la perdió con un banco que le otorgó un préstamo.
Cuando operaba era muy conocida, pero ya cerrada se hizo más famosa porque, según una leyenda urbana, en ese lugar se registran fenómenos paranormales, específicamente relacionados con el llanto de bebés, aunque quienes entran no escuchan ni ven nada anormal, pero la mayoría se sugestionan y son presas del miedo.
La leyenda sobre el sitio indica que los llantos de bebés pueden escucharse incluso desde afuera y son atribuidos a otra leyenda urbana que indica que ahí se realizaban abortos clandestinos.
Aunque fue un secreto a voces esta práctica, nunca hubo proceso legal alguno que comprobara este hecho.
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