En un hecho extraño y polémico, la conductora de un autobüs urbano de Mérida le cedió el volante a un pasajero para que ella comiera algo.

Y no fueron metros los que condujo el improvisado chofer sustituto, pues éste salió del Centro y dejo el volante en las inmediaciones del estadio Salvador Alvarado.

De este hecho dieron cuenta varios de los sorprendidos pasajeros, quienes tomaron incluso fotografías y videos del arriesgado proceder de la conductora a cargo de la unidad, un autobús de Minis 2000, de la ruta Francisco de Montejo 1.

Y es que recién iniciado el trayecto, la conductora cedió su asiento -y con ello el volante- a un joven pasajero al que llamó previamente, pues todo indica que lo conocía,

Ya con el chofer sustituto al mando de la unidad se dispusieron a platicar, resaltando que el joven había conducido alguna pesada unidad anteriormente, aunque sin dejar en claro de qué tipo, donde y bajó qué circunstancias.

Ella se dispuso a comer algo y después un segundo chófer abordó el camión, pero al notar la poca experiencia del joven conductor, se dispuso a asesorarlo, ello sin dejar de charlar con la conductora titular del asiento del «conductor en jefe».

Sin que nadie dijera nada, el joven condujo desde la calle 49 del centro hasta el Polifuncional, sitio donde el segundo chofer tomó el control del camión, aunque continuó con la enseñanza técnica al improvisado chofer, de quién no se informó si en realidad es un pasajero o si está en prácticas.