Casas mayas, arquitectura tradicional que armoniza espacio y naturaleza
Desde la calle, tras la puerta azul abierta de par en par en una vivienda de blanca fachada, se vislumbra don Hernán Perera Novelo. Yace, plácido, sobre una hamaca que permanece en un suave pero constante vaivén, a salvo del intenso calor otoñal. Le resguardan las paredes que forman una figura oval, sin ventanas y con elevado techo de palma, características de las casas mayas tradicionales, cuyo estilo arquitectónico refleja una forma de concebir el mundo, el espacio y la naturaleza.
A pesar de sus 84 años de edad, el anfitrión se incorpora con agilidad para recibir con una amplia sonrisa a todo aquél que cruza el umbral, gustoso de compartir los saberes constructivos transmitidos por generaciones desde hace unos tres mil años. Él heredó los conocimientos de su abuelo Cristóbal, nacido en 1840, quien le enseñó a utilizar materiales disponibles en el entorno como bejuco, tierra, zacate, palma de huano y maderas como el ja’bin o chulúul, óptimas para estos menesteres.
En tono afable, don Hernán platica: “Las casas mayas originales no tienen ventanas, sólo dos puertas, una al oriente y otra al poniente para que el sol ilumine la casa cuando sale en la mañana y al ocultarse, en la tarde; son frescas por los elementos que se usan, el techo alto y la figura ovalada facilita la circulación del aire y la iluminación natural”.
Satisfecho de saber este oficio que hace parte de su identidad cultural, expone su experiencia de construcción de su propia vivienda: “Son materiales durables, sólo la palma de huano se le ha cambiado tres veces en cincuenta y nueve años, tiene un promedio de vida de diecisiete años y en toda la construcción no se utilizan clavos, alambre, ni plástico, toda se amarra con puro bejuco”.
No menos importante es la bendición de la casa una vez terminada, asegura don Hernán Perera Novelo, quien platica cómodamente al lado de un altar en donde convergen creencias católicas y mayas, pues en él conviven el Santo Cristo del Amor; la Virgen de Guadalupe; Chaac, dios de la lluvia; Yum K’aax, dios del maíz; Chac Mol, un alux y un sacerdote maya. “El dueño decide si le habla a un sacerdote de la religión católica con rosas rojas y el padre nuestro; si quiere una ceremonia maya, se prepara el balché, bebida hecha a base de la corteza del árbol del mismo nombre, mezclada con miel, se pone en doce jicaritas. Se juntan flores silvestres blancas, se llevan a un altar para hacer oraciones a los dioses mayas, después se tiran dos jícaras en cada punto cardinal y las cuatro restantes arriba de la casa, se pide protección para quienes habitarán en ella”, detalla.
Don Hernán Perera Novelo está orgulloso de las viviendas tradicionales que transforman el paisaje, por esa sensación de armonía basada en el orden y las proporciones naturales, con significados propios de la cultura que da identidad a un pueblo en constante desarrollo, por eso ve con optimismo la llegada del Tren Maya, sabe que los beneficios pueden palparse desde ahora y cuando entre en operación, dentro de dos años, porque traerá más progreso a todos los habitantes.
“Con el Tren Maya va a venir más gente a consumir por acá, va a haber más empleo; pero yo le digo a toda la gente que es bueno, porque desde ahorita ya está trabajando mucha gente y van a venir más turistas, todo el recorrido será más fácil llegar acá, es bueno el trabajo que está haciendo el presidente de la República, más gente va a poder conocer nuestra cultura, nuestras tradiciones”, afirmó.
Don Hernán Perera Novelo considera necesaria la conservación y protección de este patrimonio vernáculo que constituye uno de los hábitats más inteligentes, ya que es amigable con el ambiente, porque en su edificación se emplean insumos que provee la naturaleza. Por fortuna, la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY) ya presentó una petición para reconocer el sistema constructivo de las casas mayas como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Conocer estas historias de vida, como las de don Hernán Perera Novelo y sus casas tradicionales, forman parte de la nueva dinámica que impulsa el Tren Maya en Yucatán.
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