Increible, muere el tabasqueño asesino

La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida, dice el estribillo de una conocida canción.
Pues bien, esta frase se puede utilizar en el caso del tabasqueño Alejandro Ulloa Barahona, quien apenas el miércoles pasado asesinó a su esposa y esta noche de viernes murió de un paro cardíaco.
Ahora los dos están en el más allá y el deseo es que no se encuentren, pues él siempre le pegaba y ella lo perdonaba porque lo quería mucho.
Ahora queda la duda sobre si su muerte se trata de un caso de justicia divina o en realidad murió de miedo de saber que pasaría el resto de su vida en la cárcel por lo que hizo.
El tabasqueño, de 50 años de edad, se encontraba en los separos de la Policía Judicial del Estado en espera de ser consignado al penal meridano por el asesinato de su amasia María del Carmen Kantún Aké.
Sin embargo, ayer empezó a sentirse mal y fue llevado de urgencia al Hospital O´Horán, pero murió más tarde.
En el hospital un jefe de grupo de la Policía Judicial manifestó al agente del Ministerio Público que acudió a dar fe de la muerte que el ahora occiso se encontraba detenido como probable responsable del delito de homicidio y que padecía de diabetes e hipertensión arterial.
La causa de la muerte fue por un infarto agudo al miocardio.
Este sujeto le dio 20 tajos a su amasia el miércoles en la casa de ambos en la colonia Flor de Mayo.
Este sujeto le dio 20 tajos a su amasia el miércoles en la casa de ambos en la colonia Flor de Mayo.
La mató por celos, pero constantemente le pegaba y ella lo perdonaba cada vez que lo mandaba a la cárcel.
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