Es enero y los centros de entrenamiento deportivo están saturados de gente que busca cumplir dos de los propósitos de Año Nuevo más socorridos: hacer ejercicio y bajar de peso.

Los que se frotan las manos son los dueños de gimnasios que por estos días ven aumentar el número de socios, aunque saben esto solo será una especie de «burbuja inflacionaria», pues con el paso de las semanas la gran mayoría de esas personas que hoy entusiastamente se inscriben se retiraran.

Una mínima parte son los que se quedaran y permanecerán ejercitándose todo el año.

Quienes no están muy a gusto con esta oleada de «propositeros» son las personas que habitualmente acuden a los gimnasios, pues por estos días se topan con máquinas de ejercicio saturadas, además de que muchos de los deportistas se ocasión se la pasan tomándose selfies ocupando máquinas que puede utilizar gente que en realidad quiere ejercitarse.

«Son los días que más odio, incluso por estas fechas prefiero ir al mediodía aunque no sea un horario conveniente por el calor, para evitar que las máquinas estén saturadas», explicó Raymundo Pérez Cetina, quien es cliente de un gimnasio de Francisco de Montejo desde hace varios años.

«No critico a esa gente que tiene la intención de iniciar el año haciendo ejercicio, pero para muchos en verdad sólo es la calentura del momento… cuando ven que se trata de esfuerzo y dedicación de todos los días, mejor se van y se olvidan de su propósito», señaló.

«Lo malo es que el próximo año regresaran, y así seguirán hasta no entiendan que esto es disciplina, es un hábito y todo tiene que ser de manera gradual», concluyó.