Por $5,000 perdona a su marido agresor, pero la juez se niega a dejarlo libre
En un fallo que contrasta con los que generalmente ocurren en este tipo de casos, la juez Suemy del Rosario Lizama Sánchez le negó la libertad a un sujeto que agredió a su mujer.
Y lo hizo pese a que la mujer ya le había otorgado el perdón al marido agresor.
La juez determinó que la agraviada no sólo ha sido víctima de violencia doméstica, sino también económica y no estaba en condiciones psicológicas para disculpar las agresiones recibidas.
Ante ello, el acusado, Luis Alberto Gómez Muñoz, tuvo que quedarse preso, cuando ya estaba a punto de recuperar su libertad, gracias a que la juez Lizama Sánchez dio marcha atrás a la suspensión condicional al proceso por seis meses que se instruía en contra de Gómez Muñoz, por violencia familiar (2), denunciado por su esposa, Adda Cecilia Pool Camargo y su hija de 14 años.
La juez tomó en cuenta que la víctima no contaba con asesor jurídico y, por ende, no conocía los alcances legales de otorgar el perdón a su agresor.
Entre las condiciones de la suspensión condicional que se habían otorgado y no se concretaron estaban entregar a la víctima 5 mil pesos, residir en un domicilio determinado y no salir del país; no acercarse a las mujer y su hija a una distancia de 500 metros, abstenerse de abusar de las bebidas embriagantes, conseguir un trabajo en un plazo de 30 días hábiles, y acudir a firmar.
Igualmente se solicitó que el acusado acudiera a la Secretaría de la Mujer, a fin de que entrara a algún programa para superar la violencia de género.
En el expediente se indica que el 27 de junio pasado, aproximadamente a las 20 horas, la mujer llegó a su domicilio del fraccionamiento Tixcacal Opichén, en compañía de sus tres hijos.
Observaron al sujeto sentado en la sala ingiriendo bebidas embriagantes, por lo que mejor se fueron a un cuarto.
Sin embargo, cerca de las diez de la noche, el sujeto entró al cuarto y le exigió que fuera a comprar más cervezas antes que cerrara la agencia, indicándole que si no llegaba con las bebidas, todos iban a dormir en la calle.
Ella obedeció y al regresar fue a la cocina a lavar los trastes, pero de nuevo Gómez Muñoz le ordenó que fuera a comprar huevos para cenar, tras lo cual le reclamó por un problema que ella tuvo con una vecina y le dio una bofetada, indicándole que era su criada y una mujer de la calle y la jaloneó.
Aunque la mujer preparó la cena, tuvo que salir con uno de sus hijos para ir a comprar frijol, pero a medio camino los alcanzó la menor, quien llorans porque su papá le había dicho que no quería que entraran a la casa.
Iban a entrar cuando los sorprendió y le dio de cinturonazos a la mujer y a la adolescente, motivando que el varón enfrentara verbalmente con su padre.
Ante el escándalo y posibles agresiones mayores, dieron parte a la policía, que lo detuvo, saliendo a relucir que no era la primera vez que agredían a los tres, incluso ya habían denunciado previamente.
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